En su nuevo artículo, el politólogo ruso Prójor Tebin, especialista en cuestiones político-militares y económico-militares, doctorado en ciencias políticas de la Escuela Superior de Economía de Moscú y participante del Club Internacional de Debates Valdái, analiza la confrontación palestino-israelí desde la perspectiva político-militar, teniendo en cuenta el rápido e impredecible desarrollo de las nuevas tecnologías.
Según el politólogo, una de las características distintivas de los conflictos militares actuales, y que también se puede observar en el transcurso de la guerra palestino-israelí, es la difuminación de las fronteras entre la guerra y la paz, "el fenómeno de la guerra en vivo" y la sensación de "transparencia máxima de las hostilidades", vinculado con "la omnipresencia de los 'smartphones', las redes sociales e Internet".
No obstante, desconocemos las verdaderas causas y procesos que desencadenaron el conflicto actual, las intenciones políticas, estratégicas y operativas de las partes, así como el sistema de vínculos entre ellas.
Junto a eso, en su opinión, en tales circunstancias los espacios informativo y cognitivo "se convierten en un campo de batalla, una palestra para celebrar operaciones y campañas". En este sentido, Tebin resalta que ello "dificulta el análisis imparcial de los acontecimientos que transcurren".
El politólogo destaca que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) fueron consideradas durante muchos años uno de los mejores Ejércitos del mundo, en gran parte debido a sus acciones contra Ejércitos regulares en espacios abiertos como la península del Sinaí o los Altos del Golán. "Al mismo tiempo, combatir contra el adversario irregular en zonas urbanas densamente edificadas es una tarea fundamentalmente diferente", ya que este tipo de terreno se considera uno de los más difíciles desde el punto de vista de la conducción de hostilidades.
Por ello, considera necesario evaluar de manera objetiva el daño a la imagen de las FDI causado por Hamás el 7 de octubre, sin exagerarlo ni restarle importancia.
El experto señala sin embargo que, aunque eficaz, el factor sorpresa no garantiza la victoria, por lo que aún es difícil evaluar si las acciones de Hamás han sido exitosas o no desde el punto de vista político-militar.
Por un lado, el sangriento ataque de Hamás provocó la condena de todo el mundo, pero la brutal y desproporcionada respuesta israelí también fue condenada por muchos países y provocó un aumento del sentimiento antiisraelí en el mundo. Sin embargo, el autor no cree que la planificación estratégica por parte de Hamás tuviera en cuenta este tipo de respuesta mundial y cita las palabras del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan: "Actualmente Hamás no es un Estado, sino una organización".
"Lo ocurrido fue el resultado de una serie de factores: errores de los servicios de inteligencia israelíes, una cuidadosa preparación de Hamás y los cambios socioeconómicos acumulados tanto en el propio Israel como en la Franja de Gaza. Junto a eso, la sorpresa sigue siendo un factor militar importante," afirma Tebin.
"Pero el hecho es que, a un coste terrible, la Franja de Gaza ha captado la atención del mundo, ha llevado a la región al borde de una gran guerra y ha enterrado aparentemente el proceso de normalización de las relaciones entre Israel y los Estados árabes", subraya experto
Tebin señala que el agravamiento del conflicto era predecible. A pesar de que los Acuerdos de Abraham de 2020 dieron sus frutos, la situación en Medio Oriente seguía siendo inestable, por lo que en ese entonces muchos observadores alertaron de una exacerbación en el futuro.
Hablando del ataque de Hamás del 7 de octubre, el politólogo destaca los aspectos militares más interesantes. El primero es "una combinación de concentración y masificación simultáneas en la aplicación de diversos medios, así como de descentralización y dispersión tanto de las propias fuerzas como de los vectores de los esfuerzos de Hamás". Otro factor es cómo se integraron "las operaciones con drones, grupos de ataque y los esfuerzos en el espacio informativo y el ciberespacio"
Al mismo tiempo es demasiado pronto para hablar de la eficacia y la mejor preparación de Hamás. Según Tebin, es necesario tener en cuenta tres detalles. El primero es que no tenemos información verificada para determinar el número real de ataques exitosos contra vehículos blindados israelíes. En segundo lugar, hay que tener en cuenta que el campo de la batalla es bastante limitado. Y, por último, no hay que olvidar quelas FDI aprenden rápidamente de sus errores.
El politólogo añade que hay otras dos características distintivas del conflicto actual que podemos observar en Medio Oriente. "A nivel táctico, el papel importante del 'ciudadano armado' motivado, proactivo y preparado en la defensa local", señala. "A nivel estratégico, el alto grado de participación de los actores regionales y extrarregionales en conflictos originalmente bastante locales", agrega.
Al analizar la dimensión militar de este conflicto, Tebin destaca que las capacidades de Hamás e Israel difieren ampliamente. El ataque sorpresa inicial de Hamás fue rápidamente contrarrestado por una intensa campaña aérea israelí que devastó barrios enteros en Gaza debido a la falta de defensa aérea significativa por parte de Hamás.
Sin embargo, concluye, el ataque del 7 de octubre plantea preocupaciones sobre un posible conflicto regional futuro, considerando las experiencias de la operación especial rusa y el desarrollo impredecible de las nuevas tecnologías. Se vislumbra un escenario con un ataque sorpresivo masivo que emplea inteligencia artificial, guerra electrónica, redes de mando y control, aviones no tripulados (aéreos y marítimos), fuerzas especiales, misiles y acciones en el espacio de la información, el espacio exterior y el ciberespacio.
Tebin concluye que la actual escalada en Oriente Medio representa un revés para la política estadounidense y su estrategia político-militar en la región. Estados Unidos está tratando de evitar que el conflicto entre Hamás e Israel se convierta en una guerra regional a gran escala. Sin embargo, el conflicto no puede resolverse mediante medios militares aceptables, y el 'status quo' actual en la zona es insostenible.
De tal modo, destaca que una solución que pueda conseguir una paz más o menos duradera debe basarse en las siguientes directrices: "Nivelación del papel de los elementos radicales tanto en el lado israelí como en el palestino; respeto de la seguridad nacional de Israel; creación de condiciones para un desarrollo socioeconómico estable e independiente, principalmente en la Franja de Gaza; implicación activa y decidida de la comunidad internacional, incluidos Estados Unidos, Rusia, China, Turquía, Irán y los países árabes; y normalización de las relaciones entre Irán e Israel." Desafortunadamente, en la situación actual, parece difícil combinar estas condiciones, lo que resultará en la continuación del conflicto y en más víctimas.
A juicio del politólogo, aunque existe el riesgo de que el conflicto en Gaza se convierta en una guerra regional, su magnitud dependerá de las acciones futuras de Israel, así como de otros actores clave, como Egipto, Hezbolá, Turquía, Irán y Estados Unidos.