Cerca de 9.000 personas fueron asesinadas en Sudán en medio del conflicto que enfrenta el país, afirmó el pasado domingo el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y coordinador del Socorro de Emergencia de la ONU, Martin Griffiths.
El funcionario indicó que más de 5,6 millones de personas fueron expulsadas de sus hogares, mientras que 25 millones necesitan ayuda. "Medio año de guerra sumió a Sudán en una de las peores pesadillas humanitarias de la historia reciente", señaló, agregando que en seis meses de conflicto la población "no tuvo tregua al derramamiento de sangre y el terror", así como a la violencia sexual y los enfrentamientos étnicos.
Además, Griffiths confirmó un brote de cólera en el país, con más de 1.000 presuntos casos. "Los servicios básicos se desmoronan. Más del 70 % de las instalaciones sanitarias de las zonas en conflicto están fuera de servicio. La lucha mantiene a 19 millones de niños sin escolarizar, retrasando considerablemente su educación y el futuro del país", sostuvo.
El funcionario indicó que solo el 33 % de los 2.600 millones de dólares requeridos en ayuda para Sudán fueron recibidos, añadiendo que también es hora de que los donantes "redoblen su apoyo". "La comunidad internacional no puede abandonar al pueblo de Sudán", concluyó.
Desde mediados de abril se desató un conflicto entre el Ejército sudanés y el grupo militar rival, las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Los enfrentamientos se extendieron rápidamente en las ciudades de Jartum (la capital del país), Omdurmán y Bahri, así como en la zona occidental de Darfur, que lleva décadas de inestabilidad.