"Fiestas sí que hacía y hasta tarde", comentó un vecino. "Buen ambiente, se escuchaba el jaleo de la gente que estaba ahí con él y eso", añadió, asegurando que el sacerdote, identificado como Francisco, era "normal, campechano y bastante educado".
Otro residente de la ciudad autónoma de Melilla, enclave español al norte de Marruecos donde residió el eclesiástico, señaló que el hombre "montaba unos farolillos" e invitaba a chicos y chicas, incluidos amigos suyos que llegaban desde la península ibérica.
Francisco se encuentra en prisión preventiva por presuntamente haber cometido cuatro delitos de agresión sexual bajo sumisión química y cinco delitos contra la intimidad. Está acusado de suministrar algún tipo de sustancia sedante a sus víctimas para dejarlas totalmente inconscientes y luego abusar de ellas mientras las grababa.
Los hechos, que tuvieron lugar durante años, se destaparon el mes pasado porque la pareja sentimental del cura lo denunció a la Policía tras haber encontrado un disco duro que contenía fotografías y vídeos donde aparecían mujeres semidesnudas, dormidas o bajo los efectos de algún sedante con las que el hombre llevaba a cabo "todo tipo de prácticas sexuales".
