De acuerdo con el medio estadounidense 'Bloomberg', las reservas de gas en Europa están casi llenas; sin embargo, los Gobiernos tienen un margen casi nulo para hacer uso de ellas.
Desde Italia hasta los Países Bajos, el control de los Gobiernos nacionales es bastante limitado, pues solo alrededor del 10% está en sus manos, mientras que el resto de las reservas están en poder de comercializadoras internacionales, empresas de energía y grupos industriales que son libres de vender el recurso al mejor postor.
"Eso significa que una ola de frío en Alemania podría desencadenar una carrera de gas en sus vecinos y poner a prueba la solidaridad de Europa en el proceso", dice el texto.
Aunque la red de gas de Europa occidental funciona al permitir que los suministros fluyan entre los mercados, ésta nunca ha sido probada bajo un escenario como el que se vive actualmente en donde el precio del gas se ha elevado hasta en cinco veces en algunas zonas.
El futuro de Europa, señaló en entrevista con Bloomberg el experto Graham Freedman, analista de la consultora Wood Mackenzie, depende en gran medida de qué tan severo sea, o no, la temporada invernal.
Si hace frío, los inventarios podrían caer por debajo del 10 % a finales de marzo, según Freedman. Eso podría desencadenar una nueva lucha por los suministros antes del próximo invierno, indicó el medio especializado en temas económicos.
"La mayor parte (del gas) está en manos de las empresas de servicios públicos, incluidas las estatales, que necesitarán retirar combustible para abastecer a los hogares y los fabricantes", reza el texto con base en fuentes familiarizadas con el asunto. En tanto, una cantidad menor está en manos de empresas comercializadoras como Glencore Plc y Vitol Group, cuyo principal interés es maximizar el valor de sus carteras.
De acuerdo con Bloomberg, para evitar riesgos de suministro, los Gobiernos podrían intentar declarar un estado de emergencia, ante lo cual la Agencia Federal de Redes de Alemania y otras dependencias, tendrían el poder de ordenar si el gas permanece almacenado o se retira.
La crisis energética ha escalado a tal grado que el pasado 17 de octubre, el Gobierno alemán reconoció que la crisis energética por la que atraviesa toda Europa podría provocar cierres de hospitales a lo largo del país, como una consecuencia más del alza de precios de la electricidad a causa del conflicto en Ucrania.
Las sanciones de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos en contra de Rusia siguen generando estragos en las economías de la región. El ministro de Salud de Alemania, Karl Lauterbach, advirtió que el sistema hospitalario podría verse afectado por el incremento de precios de los energéticos y por la inflación, que ha llegado a niveles históricos en el país germano.
Europa occidental enfrenta también una ola de protestas en diferentes ciudades por el alto costo de vida y las políticas de Bruselas. Los manifestantes han expresaron su descontento por la amenaza de la crisis energética y la inflación.
En septiembre pasado, la prensa alemana reveló que, en algunas zonas del país, como en las afueras de Berlín, un consumidor debe pagar entre 700 y 1.515 euros al mes por su servicio eléctrico cuando antes, pagaban 143 dólares.