Una rama del Estado Islámico ataca a minorías religiosas en Afganistán

La ONG Human Right Watch (HRW) afirmó que la filial del Estado Islámico (ISIS) en Afganistán ha atacado repetidamente a miembros de la etnia hazara y otras minorías religiosas "en sus mezquitas, escuelas y lugares de trabajo". En el comunicado, la organización subraya que las nuevas autoridades de este país de Oriente Medio no cumplen sus obligaciones, haciendo poco para proteger las diferentes minorías.
Después de la llegada de los representantes de los talibanes al poder, en agosto de 2021, los ataques contra civiles se hicieron más frecuentes. En el transcurso del último año, la filial del Estado Islámico en el país cometió 13 atentados contra los hazara y se la relaciones con al menos tres ataques más. De momento ya han matado y herido alrededor de 700 personas. Sin embargo, estos datos no son completos, ya que las múltiples restricciones impuestas por los talibanes a los medios de comunicación hacen que muchos ataques hayan podido pasar desapercibidos, subraya el reporte de HRW.
Richard Bennett, el relator especial de las Naciones Unidas (ONU) sobre la situación de los derechos humanos en Afganistán, pidió el 26 de mayo que se investigaran los ataques a las comunidades hazara, chií y sufí, subrayando que los atentados "se vuelven cada vez más sistemáticos y reflejan elementos de una política organizativa". Todos estos ataques son crímenes de lesa humanidad y tienen consecuencias a largo plazo, especialmente para las mujeres que actualmente no pueden ser independientes según las leyes afganas.
La investigadora sobre Afganistán de Human Rights Watch, Fereshta Abbasi, afirmó que "los combatientes vinculados al ISIS han cometido numerosos ataques brutales contra miembros de la comunidad hazara cuando iban a la escuela, al trabajo o a rezar, sin que hubiera posteriormente una respuesta seria de las autoridades talibanes". A pesar de estar obligado a preservar la seguridad de la población civil, el Gobierno de Afganistán no protege a las minorías religiosas, tales como los hazaras, que son predominantemente musulmanes chiís.
Al describir la inacción del Gobierno, los representantes de la minoría declararon que a los talibanes nunca les han gustado los hazara, destacando que "la última vez que estuvieron en el poder, mataron a muchos" representantes de este grupo étnico. Los residentes de Afganistán piden al Gobierno que les proteja, agregando que las escuelas, los hospitales y las mezquitas deben ser sitios seguros. Un ciudadano de Kabul proclamó que "estos lugares no pueden ser objetivos", y refiriéndose a los terroristas agregó: "dejen de matarnos en todas partes".