La paz sea con ustedes les dijo. Pero todos quedaron asustados y temerosos; ¡pensaban que veían un fantasma! ¿Por qué están asustados? les preguntó . ¿Por qué tienen el corazón lleno de dudas? Miren mis manos. Miren mis pies. Pueden ver que de veras soy yo. Tóquenme y asegúrense de que no soy un fantasma, pues los fantasmas no tienen cuerpo, como ven que yo tengo. Mientras hablaba, él les mostró sus manos y sus pies. Aun así, ellos seguían sin creer, llenos de alegría y asombro. Entonces les preguntó: ¿Tienen aquí algo para comer?.
Le dieron un pedazo de pescado asado, y él lo comió mientras ellos miraban. Entonces dijo: Cuando estaba con ustedes antes, les dije que tenía que cumplirse todo lo escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos. Entonces les abrió la mente para que entendieran las Escrituras. Y dijo: Efectivamente, se escribió hace mucho tiempo que el Mesías debería sufrir, morir y resucitar al tercer día. También se escribió que este mensaje se proclamaría con la autoridad de su nombre a todas las naciones, comenzando con Jerusalén: “Hay perdón de pecados para todos los que se arrepientan”. Ustedes son testigos de todas estas cosas.
Le dieron un pedazo de pescado asado, y él lo comió mientras ellos miraban. Entonces dijo: Cuando estaba con ustedes antes, les dije que tenía que cumplirse todo lo escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos. Entonces les abrió la mente para que entendieran las Escrituras. Y dijo: Efectivamente, se escribió hace mucho tiempo que el Mesías debería sufrir, morir y resucitar al tercer día. También se escribió que este mensaje se proclamaría con la autoridad de su nombre a todas las naciones, comenzando con Jerusalén: “Hay perdón de pecados para todos los que se arrepientan”. Ustedes son testigos de todas estas cosas.
Y ahora enviaré al Espíritu Santo, tal como prometió mi Padre. Pero quédense aquí en la ciudad hasta que el Espíritu Santo venga y los llene con poder del cielo.