Así que la asamblea en pleno se levantó, y lo llevaron a Pilato. Y comenzaron la acusación con estas palabras: Hemos descubierto a este hombre agitando a nuestra nación. Se opone al pago de impuestos al emperador y afirma que él es el Cristo, un rey.
Así que Pilato le preguntó a Jesús: ¿Eres tú el rey de los judíos?
Tú mismo lo dices respondió. Entonces Pilato declaró a los jefes de los sacerdotes y a la multitud: No encuentro que este hombre sea culpable de nada. Pero ellos insistían: Con sus enseñanzas agita al pueblo por toda Judea. Comenzó en Galilea y ha llegado hasta aquí.