Rusia rechaza la acumulación militar de la OTAN en Polonia y avisa que dará una respuesta apropiada para garantizar la seguridad del país euroasiático.
El director del Tercer Departamento Europeo del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, Oleg Tiápkin, dejó claro que no observará con indiferencia la acumulación de fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Polonia, país fronterizo con Rusia.
“La respuesta, como siempre, será proporcionada y apropiada”, advirtió el sábado el titular ruso en una entrevista concedida a la agencia rusa de noticias Interfax. Aclaró que cualquier reacción eventual de Moscú a la medida de la Alianza tiene como objetivo neutralizar las amenazas potenciales contra su seguridad.
Asimismo, censuró que los sucesivos Gobiernos de Polonia, independientemente de su color político, apoyaran el “fortalecimiento del flanco oriental” del bloque militar, incluido el emplazamiento de contingentes de la Alianza Atlántica en su territorio.
Por otro lado, indicó, “Polonia es un promotor furibundo de la cruda presión de sanciones contra Rusia y de la ruptura no solo de los contactos políticos, sino de los económicos e incluso los culturales”.
Al denunciar que jamás las relaciones entre Rusia y Polonia han sido tan tensas, no descartó la posibilidad de una reducción o incluso la ruptura de las relaciones diplomáticas, aunque aseguró que Moscú no será quien provoque tal situación.
Polonia, que espera lograr de la próxima cumbre del bloque militar en Madrid, capital española, más apoyos por la operación militar rusa en Ucrania, cuenta con grupos de combate de la Alianza Atlántica desde 2017, con un contingente de más de 10 000 soldados de países occidentales.
El viernes, nueve países de Europa Central y Oriental exigieron en una reunión en la capital rumana, Bucarest, a la OTAN que refuerce su flanco oriental.
Esto, mientras, tras repetidas peticiones sin respuestas para mediante la vía diplomática reducir la creciente tensión con Occidente, Rusia lanzó “una operación militar especial” en Ucrania con el propósito de “desmilitarizar” y “desnazificar” este país europeo y evitar que la OTAN, encabezada por Estados Unidos, lo convierta en una base antirrusa.