Queridos amigos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino más bien uno antiguo que han tenido desde el principio. Ese mandamiento antiguo —ámense unos a otros —es el mismo mensaje que oyeron antes.
Sin embargo, también es un mandamiento nuevo. Jesús vivió la verdad de este mandamiento, y ustedes también la viven. Pues la oscuridad está desapareciendo, y ya brilla la luz verdadera.
1Si alguien afirma: Vivo en la luz, pero odia a un hermano en Cristo, esa persona aún vive en la oscuridad.
El que ama a su hermano vive en la luz y no hace que otros tropiecen, pero el que odia a su hermano todavía vive y camina en la oscuridad, no sabe por dónde ir, pues la oscuridad lo ha cegado.
Les escribo a ustedes, que son hijos de Dios, porque sus pecados han sido perdonados por medio de Jesús.
Les escribo a ustedes, los que son maduros en la fe, porque conocen a Cristo, quien existe desde el principio. Les escribo a ustedes, los que son jóvenes en la fe, porque han ganado la batalla contra el maligno.
Les he escrito a ustedes, que son hijos de Dios, porque conocen al Padre. Les he escrito a ustedes, los que son maduros en la fe, porque conocen a Cristo, quien existe desde el principio. Les he escrito a ustedes, los que son jóvenes en la fe, porque son fuertes; la palabra de Dios vive en sus corazones, y han ganado la batalla contra el maligno.