Nacionalistas preparan provocaciones con químicos tóxicos en Ucrania

Las fuerzas nacionalistas ucranianas están preparando provocaciones con sustancias químicas peligrosas en al menos dos lugares de Ucrania, de las que planean responsabilizar a los militares rusos, ha declarado Mijaíl Mizíntsev, jefe del Centro de Gestión de la Defensa Nacional de Rusia.
"En Sumy, los nacionalistas han minado las instalaciones de almacenamiento de amoníaco y cloro de la planta química SumyJimProm con el objetivo de envenenar masivamente a los residentes de la región de Sumy en caso de que las Fuerzas Armadas rusas entren en la ciudad", comunicó el funcionario militar.
Además, los nacionalistas están preparando provocaciones con productos químicos tóxicos en el pueblo de Kotliarovo, región de Nikoláyev, en el sur de Ucrania. "Para ello, ya se han colocado tanques con productos químicos tóxicos en el edificio de la escuela primaria local, que se prevé detonar cuando se acerquen las tropas rusas", precisó Mizíntsev. 
"Advertimos de antemano a todo el mundo civilizado y a las organizaciones internacionales de las cínicas provocaciones preparadas por las autoridades ucranianas, que, de llevarse a cabo, volverán a culpar a los militares rusos, como ya ha ocurrido muchas veces", señaló el alto cargo. Según Mízintsev, la preparación de dichas provocaciones se realiza con la ayuda directa por parte de EE.UU. y de una serie de países de la Unión Europea que consideran a Ucrania como su "herramienta de política antirrusa".
Por otra parte, el coronel general denunció que radicales de los batallones de la defensa territorial confiscan dinero por la fuerza a civiles a una tasa establecida en los puntos de control habilitados en la carretera entre las ciudades de Chernígov y Kiev, bajo el pretexto de recaudar fondos para las Fuerzas Armadas de Ucrania. Mízintsev indicó que los radicales cobran 500 grivnas (17 dólares) por el paso de cada coche, 300 por cada adulto (unos 10 dólares) y 100 por cada niño (3,4 dólares). Quienes quieren dirigirse a Rusia tienen que pagar cinco veces más y si los civiles no tienen dinero, los radicales incautan sus coches y envían de vuelta a la gente.