Soldados israelíes mataron este martes a sangre fría a 3 palestinos en enfrentamientos separados en la Cisjordania ocupada.
Las cicatrices de las agresiones israelíes no se cierran, ya que sangran todos los días. Muchas vidas quedaron rotas por las fuerzas de la ocupación. Miles de personas murieron asesinadas y las casas destruidas.
En el episodio más reciente, tres jóvenes palestinos perdieron la vida durante los enfrentamientos separados con el ejército ocupante.
Según informó el Ministerio de Salud palestino, Nader Haizam Rayan, de 16 años, perdió la vida tras recibir disparos en la cabeza, el pecho y una mano en el campo de refugiados de Balata, cerca de Nablus, en el norte de Cisjordania.
Un segundo palestino, llamado Alaa Shaham, de unos 20 años, murió en el campo de refugiados de Qalandia, cerca de Ramalá, después de que recibiera un disparo mortal en la cabeza.
Además, las fuerzas israelíes dispararon y mataron a otro palestino, de 27 años, identificado como Salem al-Harbed, en la ciudad de Rahat en el desierto de Néguev. Varios otros resultaron heridos.
Miles de palestinos indignados participaron esta jornada en los funerales de los jóvenes mártires.
La presidencia palestina, a su vez, condenó el asesinato diario de palestinos por parte de la ocupación israelí, que describió como ejecuciones extrajudiciales. Subrayó que la situación se encamina hacia una explosión, si el régimen israelí sigue rechazando la paz y jugando con fuego.