Si aman a su prójimo, cumplen con las exigencias de la ley de Dios, pues los mandamientos dicen: No cometas adulterio. No mates. No robes. No codicies. Estos y otros mandamientos semejantes se resumen en uno solo: Ama a tu prójimo como a ti mismo.
El amor no hace mal a otros, por eso el amor cumple con las exigencias de la ley de Dios. Esto es aún más urgente, porque ustedes saben que es muy tarde; el tiempo se acaba.
Despierten, porque nuestra salvación ahora está más cerca que cuando recién creímos. La noche ya casi llega a su fin; el día de la salvación amanecerá pronto. Por eso, dejen de lado sus actos oscuros como si se quitaran ropa sucia, y pónganse la armadura resplandeciente de la vida recta. Ya que nosotros pertenecemos al día, vivamos con decencia a la vista de todos.