El incendio sigue consumiendo las instalaciones de la petrolera estatal Aramco, el núcleo de la economía saudí, tras la furiosa tormenta llegada desde Yemen.
Los rebeldes hutíes de Yemen asumieron la responsabilidad por el hecho, y un portavoz militar agregó que también usaron drones para atacar refinerías ubicadas en las localidades de Ras, Tanura y Rabigh. Sin embargo, los impactos adicionales aún no han sido confirmados.
Arabia Saudita pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que convoque a una reunión especial para condenar los ataques del movimiento yemení contra su reino, según medios locales.
Por su parte, la Casa Blanca calificó como terrorismo las últimas incursiones de los hutíes contra las instalaciones de Aramco. Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional, indicó que EE.UU. seguirá "apoyando plenamente" a sus socios en la defensa de su territorio frente a los ataques de los hutíes. "Pedimos a la comunidad internacional que haga lo mismo", agregó.