Yo, Juan, el anciano, les escribo esta carta a la señora elegida y a sus hijos, a quienes amo en la verdad —y no sólo yo sino también todos los que conocen la verda
d—, porque la verdad vive en nosotros y estará con nosotros para siempre.La gracia, la misericordia y la paz que provienen de Dios Padre y de Jesucristo —el Hijo del Padre —permanecerán con nosotros, los que vivimos en la verdad y el amor.