Cuando Jesús vio a tanta gente, subió a una montaña y se sentó. Los discípulos se le acercaron, y él comenzó a enseñarles: Dios bendice a los que confían totalmente en él, pues ellos forman parte de su reino.
Dios bendice a los que sufren, pues él los consolará.
Dios bendice a los humildes, pues ellos recibirán la tierra prometida.
Dios bendice a los que desean la justicia, pues él les cumplirá su deseo.
Dios bendice a los que son compasivos, pues él será compasivo con ellos.
Dios bendice a los que tienen un corazón puro, pues ellos verán a Dios.
Dios bendice a los que trabajan para que haya paz en el mundo, pues ellos serán llamados hijos de Dios.
Dios bendice a los que son maltratados por practicar la justicia, pues ellos forman parte de su reino.