Un tribunal del condado de Ripley, en el estado de Indiana (EE.UU.), condenó este martes a 100 años de prisión a un adolescente que asfixió a dos sus hermanastros porque, según dijo en los interrogatorios, quería liberarlos "de Satanás y del infierno", informa AP.
El convicto Nickalas Kedrowitz fue juzgado como adulto, pese a los argumentos de su defensa de que padecía problemas mentales, y cumplirá una condena de 50 años en prisión por cada asesinato.
Kedrowitz tenía 13 años cuando en mayo de 2017 estranguló a su hermanastra Desiree, de 23 meses. Dos meses después hizo lo propio con su hermanastro Nathaniel, de 11 meses.
El culpable fue arrestado en relación con estos crímenes en agosto de 2018. Kedrowitz, que figuró desde un primer momento como sospechoso, afirmó durante una evaluación psicológica que había soñado con los hermanastros después de asesinarlos y que les había salvado "del infierno y de las cadenas de fuego" con la ayuda de un ángel. Además, confesó durante los interrogatorios que había puesto una toalla y una manta sobre la cabeza de Desiree y de Nathaniel, respectivamente.
Desiree, fue hallada muerta en la casa familiar, en la ciudad de Osgood, el 1 de mayo de 2017, cuando a Kedrowitz le encargaron que cuidara de la niña, detalla The Indianapolis Star. La madre, Christina McCartney, intentó hacer una reanimación cardiopulmonar a la bebé, después de que su hijo le dijera que la menor "no estaba respirando bien", mientras la sostenía en una toalla. La menor fue hospitalizada, pero murió poco después.
El 20 de julio del mismo año le encomendaron a Kedrowitz que acostara a su hermanastro Nathaniel y poco después el adolescente le dijo a McCartney que el bebé no se movía. En este caso, los doctores tampoco pudieron salvar a la criatura, ya que su corazón había dejado de latir, incluso una media hora antes de llegar el personal de emergencia a la casa.
Además, un mes después de matar a sus hermanastros, Kedrowitz protagonizó otro acto de violencia en el que mutiló a un gatito en la casa de sus tíos tras ser arañado por el animal.
El comportamiento del adolescente también suscitaba sospechas por su absentismo escolar y las peleas con los compañeros de clase. Además, el chico solía mentir y estaba tomando medicinas contra la depresión.