¿Cómo llegó a morar el pecado en uno hoy día?

Repaso
Ya vimos la entrada del pecado al mundo, y las consecuencias en Adán: no solamente resultó culpable, y reo de muerte de parte del Creador ofendido, sino que se produjo un cambio radical en su ser, y se quedó con la presencia del pecado en él cual un principio activo maligno, agregado a su naturaleza humana, y obedeciendo la ley del pecado. El resultado era que se constituyó pecador, separado de, y en enemistad para con Dios.
Pero uno puede preguntar cómo llegó a morar el pecado en nosotros hoy día. ¡Nosotros no estuvimos presentes cuando pecó Adán!
Sal 51:1-5 Al músico principal. Salmo de David, cuando después que se llegó a Betsabé, vino a él Natán el profeta.
Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí.
Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio.
He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.
David confiesa un gran pecado de inmoralidad y homicidio, cometido cuando tenía unos 45 años de edad (2 Samuel capítulos 11 y 12)
En este pasaje se ocupan tres diferentes palabras para describir el pecado:
Rebeliones (transgresiones): Implica aquí un sublevamiento contra la voluntad de Dios; traspasar un límite que Dios haya impuesto.
Maldad (iniquidad): Implica perversidad, la depravación que da lugar al pecado, y también la consecuente culpa del pecado. 
Pecado: El pecado en general, que tomando en cuenta la persona y palabra de Dios, y su expresa voluntad, describe cualquiera actitud que contraríe su persona y palabra, y que, errando al blanco, no dé cumplimiento a lo que a Él le agrada. Desde luego, demuestra indiferencia, independencia y rebelión contra Él. No es servir y honrar a Dios, sino muy por lo contrario, es el hombre mandándose solo; siendo una ley para sí mismo, y no respetando ni acatando la ley de Dios.
David solicita misericordia, perdón y lavamiento espiritual. Él reconoce su culpa personal (demostración de arrepentimiento). Confiesa su pecado contra Dios. Todo pecado que se comete, es primeramente contra Dios, pues es una violación de su voluntad. También el pecado cometido muchas veces daña a otras personas, y por lo tanto acarrea responsabilidades y culpas con respecto a ellos.
El versículo 5 del salmo describe el pecado morando en el ser, y la ley del pecado presente y activa desde el nacimiento. “En maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre”. Algunos, leyendo este versículo, pensarían que David se refiere a alguna inmoralidad en su concepción. Pero David era el menor de una familia de por lo menos ocho hijos. Sus padres eran personas piadosas, ejemplares y de renombre en Israel. Por lo tanto descartamos que se refiera a alguna situación irregular. 
Más bien él se refiere al hecho de que él, como hijo de Adán (que somos todos nosotros), había nacido con el pecado morando dentro de él. Aquello es la verdad para cada uno de nosotros. Es evidencia de que nacemos con el pecado morando en nosotros, constituyéndonos pecadores, y separados de Dios.
Remedio
¿QUÉ ES EL REMEDIO PARA ESTE ESTADO ESPIRITUAL?
Rom 6:23 La paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Este versículo nos reafirma lo que ya vimos:
La paga del pecado, es el castigo que corresponde a tal rebelión contra Dios, y es nada menos que la muerte, perdición y condenación. Esto es lo que merecemos. La persona que acepta la Palabra de Cristo, admite que es así, y arrepentido de sus actitudes anteriores, reconoce su culpabilidad. 
Pero, gracias a Dios, ¡el versículo no termina allí! Hay buenas nuevas, de una dádiva, o regalo, que Dios ofrece, sin buscar mérito en nosotros. Lo ofrece porque Él mismo es bueno, y nos desea bendecir. Ha encontrado forma cómo puede perdonamos, en lugar de castigar. Lo hizo castigando a su propio Hijo, que aceptó sufrir en lugar nuestro. El pecador que reconoce su pecado y culpa, y cree que Jesús murió por sus pecados, recibe perdón de lo mismo. Se salva de morir condenado, y recibe en lugar de eso, la vida eterna, que es vida con Cristo para siempre.
Dios ofrece dar vida nueva, vida eterna, vida espiritual. ¿Cómo se recibe? Juan 3 nos enseña la misma necesidad de nacer de nuevo, de nacer de arriba. Y este segundo nacimiento, el nacimiento espiritual, ocurre cuando uno cree en Cristo como su salvador. Desde ese momento, es poseedor de la vida eterna, como dice Jua 3:16: De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna
Este hermoso texto es tal vez el más conocido de toda la Biblia, ¿pero lo has tomado para ti? ¿Tienes la vida eterna de que habla?
La base
Volviendo a nuestra historia en Salmo 51: En vista del pecado horrendo de David, uno se pregunta cómo podía Dios perdonar a David. Lo podía hacer con justicia, mirando hacia adelante, hacia el futuro, y enfocándose en su Hijo, crucificado como sacrificio por el pecado de David.
¿Cómo puede Dios perdonar a un pecador hoy día? Mirando hacia atrás, hacia la cruz, hacia el mismo sacrificio. Dios mira al sacrificio de su Hijo, y perdona al que cree en Cristo. 
Estimado lector, te invito a ponerte en este mismo caso. Es posible que tu pecado no sea lo de David, pero pecado tienes contra Dios. Mereces que Dios te dé la paga que corresponde, que es la muerte. Necesitas el perdón y la vida eterna.