La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) ha denunciado que, ante las fuertes lluvias que han sacudido parte del país en estos últimos días, algunas autoridades civiles y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada) han impedido el acceso de gran parte de la ayuda enviada a las zonas del país afectadas por fuertes lluvias.
Por ello se ha emitido un comunicado en el que se pone de manifiesto y se denuncia que «lamentamos y reprobamos la actitud de algunas autoridades civiles, así como de la Guardia Nacional Bolivariana, quienes, lejos de cooperar desinteresadamente, no solo han impedido el acceso de gran parte de la ayuda enviada desde diversas partes del país, sino que han tenido una actitud de displicencia y ofensa». Además afirman que «esas ofensas han sido dirigidas hacia los miembros de la Iglesia y de otras instituciones».
Según el comunicado de la CEV, « las autoridades de la zona dicen haber recibido órdenes de la superioridad, que en todo caso debería dar la cara en nombre de las comunidades afectadas, a cambiar su actitud y colocarse al servicio de las instituciones que están colaborando para atender a los afectados». Todo ello, con el fin de que «los envíos de ayudas lleguen pronto a su destino, dando prioridad al tránsito de carga de insumos, movilizando contingentes para abrir los caminos y otras acciones en bien de la población afectada».
En el comunicado se explica también que la organización católica Cáritas «ha realizado una rápida acción para recolectar los insumos que han ido llegando desde diversas partes del país para atender las zonas más afectadas por las lluvias, entre las que se encuentra el estado andino de Mérida (oeste)», donde 20 personas han fallecido, según el último balance oficial.
El obispo auxiliar de Mérida, Luis Enrique Rojas, se enfrentó a ellos para que les permitieran el ingreso de la ayuda y les increpó por su actitud.