El origen del ocultismo

Cuando los israelitas estaban listos para la conquista de la tierra prometida, la de Canaán, Dios les dijo claramente que debían destruir toda alma viviente en esa tierra. Es bueno preguntamos el por qué de tan aparente despiadado mandato.
La razón de esta acción era porque todos los habitantes, hasta los niños, adoraban ídolos satánicos en una abierta práctica de artes mágicas, adivinación, sacrificios humanos, etc., en medio de las más perversas
prácticas de inmoralidad sexual.
Este severísimo juicio de Dios sobre todos los habitantes marcaba la gravedad de la maldición sobre Canaán a causa del libertinaje existente en la práctica del ocultismo. El hechizo maligno estaba sobre la tierra prometida y había que desarraigarlo antes de habitarla.
La Biblia dice que las raíces de la maldición de la práctica del ocultismo alcanzan hasta la tercera y cuarta generación. Dios quería impedir que su pueblo fuese contaminado, y el camino a seguir era la destrucción por la muerte de los habitantes que portaban la maldición.
Hoy, el pueblo de Dios y todos los cristianos del mundo estamos liberados de la maldición del ocultismo, por lo tanto ningún creyente podrá ser contaminado, salvo que preste su voluntad para permitirlo, y en el caso de que una persona llegara a convertirse al cristianismo con una herencia de maldición de generaciones anteriores, con la sola renuncia de esa atadura, en el nombre de Cristo, quedará liberada. Porque la muerte de Cristo quebró la maldición del ocultismo, rompió las ligaduras y las raíces han sido cortadas para siempre. Definitivamente, la maldición del ocultismo fue abolida en la cruz del Calvario.
Volviendo a los orígenes del ocultismo, analizando los rastros dejados por las más antiguas civilizaciones e indagando en sus prácticas religiosas descubiertas por arqueólogos y estudiadas profundamente por antropólogos, nos encontramos con un denominador común: sus raíces provienen del ocultismo.
El diccionario Larousse define la palabra oculto "como algo escondido"; pero como segundo significado lo vincula a algo secreto, misterioso y sobrenatural: "Asociado a la práctica de las ciencias ocultas como la alquimia, la magia, la nigromancia, la astrología, la cábala, etc.
Son conocimientos y prácticas que se desarrollan en el misterio".
Precisamente las Escrituras profetizan que en el final de los tiempos resurgirá un sistema religioso que en el libro del Apocalipsis está representado por una mujer, y que en su frente exhibe un título escrito, que dice:

y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.

Esta palabra "misterio" fue traducida del griego musterion, y significa literalmente "aquello que es conocido de los mustes, los iniciados en los secretos. Proveniente de muea, que significa iniciar en los misterios que están más allá de ser conocidos por medios naturales".
El mismo diccionario define "misterio" como el "conjunto de doctrinas o reglas que deben conocer solo los iniciados". Y respecto a la palabra "ocultismo" la define como el "conjunto de doctrinas y prácticas misteriosas, espiritistas, que pretenden explicar los fenómenos misteriosos de las cosas".
Esto no es una coincidencia, sino la clarificación del verdadero significado. Los humanos en la antigüedad descubrieron los secretos escondidos del mundo sobrenatural, incentivados por el conocimiento del bien y del mal que heredaron del pecado de Adán y Eva, y establecieron contacto con los espíritus demoníacos, que les abrieron las puertas al conocimiento sobrenatural del ocultismo; estos son los secretos del misterio de Babilonia.
Dios desató un juicio de destrucción sobre el territorio que ocupaba una de las más esplendoras ciudades de la antigüedad, hecho descrito en la Biblia en los capítulos 50 y 51 del libro del profeta Jeremías, y que hoy como desolados testigos solo quedan algunas ruinas arqueológicas de lo que fue Babilonia en tiempos pasados.
Pero Dios, en el libro de Apocalipsis habla de un misterio, algo que todavía no ha sido revelado; por lo tanto es otra Babilonia, es la Babilonia espiritual que continúa existiendo en los sistemas religiosos que practican el ocultismo. Aguardamos su caída final, que ocurrirá en el final de los tiempos, y que de acuerdo a la profecía de Apocalipsis 19:2 dice que Dios ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de los siervos de la mano de ella .
Para consolidar la identificación de esta Babilonia como el sistema religioso que sostiene las prácticas del ocultismo que tanto aborrece Dios, demos una mirada al pasaje del libro de la revelación que Dios le da al apóstol Juan en Apocalipsis 17: 1-5:
1 Y VINO uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: Ven acá, y te mostraré la condenación de la grande ramera, la cual está sentada sobre muchas aguas: 2 Con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los que moran en la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación. 3 Y me llevó en Espíritu al desierto; y vi una mujer sentada sobre una bestia bermeja llena de nombres de blasfemia y que tenía siete cabezas y diez cuernos. 4 Y la mujer estaba vestida de púrpura y de escarlata, y dorada con oro, y adornada de piedras preciosas y de perlas, teniendo un cáliz de oro en su mano lleno de abominaciones y de la suciedad de su fornicación; 5 Y en su frente un nombre escrito: MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS FORNICACIONES Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
No cabe duda que este texto nos ayuda a sacar claras conclusiones de la maldición con que está impregnada y de los peligros que conlleva el involucrarse en la práctica de las ciencias ocultas u ocultismo religioso.
Desde los orígenes, su práctica fue absolutamente satánica; esto explica una de las razones de por qué es tan peligroso tener recuerdos de viajes con piezas arqueológicas, especialmente si se desconoce el tipo de uso que se les daba.
Muchas personas y aún creyentes, inocentemente han llevado a sus hogares, tal vez como simple decoración, reliquias arqueológicas de pueblos paganos, y más tarde comenzaron a experimentar sucesos extraños, que denotaban la presencia de espíritus demoníacos.
Hace algunos años una mujer muy asustada me solicitó que fuera a su casa para orar, porque hacía un tiempo estaban ocurriendo allí cosas extrañas, Comenzaron por escuchar en la noche ruidos en la sala principal, como de muebles que se movían y también pasos de personas, pero cuando llegaban al lugar no había nada y todo estaba en orden.
Pero la noche anterior, mientras cenaban, vieron desplazarse platos y utensilios sobre la mesa, y también las sillas se movieron por sí mismas, y entonces decidieron llamarme para que, como su pastor, fuese a orar y reprender cualquier espíritu que se hubiera instalado en la casa, Lo primero que hice fue indagar acerca de las actividades que habían realizado en el último tiempo, y me contaron que hicieron un viaje al norte de la Argentina y visitaron un asentamiento arqueológico donde se conservaban los restos de una antigua ciudadela de origen incaico. AHí compraron unas especies de potes cerámicos originales, los que habían colocado como decoración sobre una repisa de la sala principal.
Oré y fui guiado a reprender cualquier espíritu que pudiese estar sobre los objetos. Inmediatamente, una fuerte presencia demoníaca se manifestó y sacudió a la dueña de casa. Les recomendé que se deshicieran de esos potes de 'cerámica, pero la mujer me dijo que los habían pagado muy caros porque eran valiosas umas funerarias donde se depositaba las cenizas de los muertos.
Entonces pude comprender la razón de la presencia de los demonios.
Les expliqué lo que estaba ocurriendo, pues ellos era nuevos en el camino del Señor y solo tenían un conocimiento superficial acerca del obrar de los demonios sobre este tipo de antigüedades de culturas
prehispánicos.

El ocultismo comienza con la idolatría del practicante


El ocultismo atrae primeramente a los curiosos de los secretos del más allá, pero luego, bajo la seducción de los misterios que comienzan a ser develados, el practicante de las ciencias ocultas recibe el impulso de adorar a los dioses que los demonios le van indicando.
Estas imágenes de dioses son la máscara del mismo Satanás, quien obra en los sistemas religiosos para robar del ser humano la adoracíon que solo le pertenece a Dios, y esto lo lleva a cabo por medio de la idolatría. 
Esta idolatría es alimentada por el diablo, que obra desde el mundo sobrenatural, a través de milagros y señales engañosas con los que esclaviza a los adoradores de imágenes.
La idolatría siempre abre las puertas para la operación de los ocultos poderes de las tinieblas sobre los devotos idólatras.
Después de la muerte de Josué, extensas áreas de Canaán no fueron tomadas en posesión por el pueblo de Dios tal como DIOS se los había demandado, y sus habitantes continuaron viviendo allí. Debido a ello los israelitas comenzaron a casarse con las mujeres cananeas, sin recordar que la maldición estaba sobre todos sus habitantes. Como resultado de estos casamientos, la maldición alcanzo al pueblo de DIOS, sumado al pecado de su desobediencia que los aislaba de toda bendición divina.
Así fue que los israelitas comenzaron a adorar a dioses ajenos, rompieron el pacto de fidelidad a Dios que habían hecho con Josué antes de su muerte, quien había convocado a todo el pueblo para que tomaran una decisión, respecto a qué Dios servirán desde ese momento en más. Él les dijo: "Y si malos parece servir al Señor, escogeos hoy a quien sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuándo estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra, habitáis; pero yo y mi casa serviremos al Señor. Entonces el pueblo respondio y dijo: Nunca tal acontezca, que dejemos al Señor para servir a otros dioses (J0sué 24: 15-16).
Cuando los israelitas se juntaron con las mujeres cananitas la maldición los separó de Dios, y dado que no obtenían respuestas de DIOS a sus peticiones, a causa de la condición espiritual en que se encontraban decidieron buscar dioses reemplazantes, y como los cananitas los tenían a la mano, cayeron en la idolatría.
La Biblia narra con claridad la forma en que se prostituyó el pueblo de Dios, en el libro de los Salmos 106:34-39, donde dice: No destruyeron a los pueblos que Jehová les dijo. Antes se mezclaron con las naaones y aprendieron sus obras, y sirvieron a sus ídolos, los cuales fueron causa de su ruina. Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios (...) que ofrederon en sacrifido a los ídolos de Canaán (...) y se prostituyeron con los hechos.
El practicante de las ciencias ocultas cree que al rendir su adoración a las entidades superiores que desconoce, podrá llegar a manipular esas fuerzas espirituales de las tinieblas como si fuese Aladino que frota la lámpara mágica y logra que el genio le obedezca en sus peticiones, como en el legendario cuento de "Las Mil y Una Noche".
En la realidad, los ocultistas aparecen como si manipularan los poderes de las tinieblas en su propio beneficio, pero la verdad es que los demonios se ofrecen a ser manipulados, como por ejemplo, por los médiums que llevan adelante las sesiones de espiritismo.
Pero involucrarse con el ocultismo es rendir la vida al mismo diablo, pues siempre Satanás termina por esclavizar aún a sus propios servidores.
Esta impía relación abre las puertas al mundo sobrenatural de las tinieblas, y el ocultista tendrá acceso para manipular los poderes demoníacos por un tiempo determinado, así como los magos de las cortes imperiales obraban sus encantos y subyugaban a los reyes y magistrados.
Pero esto es obra del diablo para incentivar el compromiso del ocultista, hasta que este le entregue su vida, y finalmente sea totalmente poseído por sus demonios, para convertirse en un auténtico sacerdote del diablo.

La rebeldía contra Dios esta enraizada con el ocultismo

Relata el libro de Génesis que cuando Eva se paseaba por los jardines del Edén se encontró con la serpiente antigua, que no era otra sino Satanás, que le hizo una seductora propuesta, si ella se animaba a transgredir la orden impartida por Dios de que no comiesen del fruto del árbol de la "ciencia del bien y del mal".
La seductora propuesta de la serpiente fue de que si comía del fruto prohibido le serían abiertos sus ojos espirituales, y llegaría a ser como Dios (Génesis 3:5). Eva no solo tuvo el deseo profundo de obtener el conocimiento oculto, sino que simultáneamente nació en ella un espíritu de rebeldía contra Dios. Y luego de obtener el conocimiento oculto y prohibido por Dios, Adán y Eva descubrieron tardíamente que estaban sujetos y esclavizados bajo un gobierno de tinieblas regido por el que los había seducido.
Dice la Biblia que después del diluvio, los seres humanos, a medida que se multiplicaron, poblaron una llanura que denomina Sinar. Si bien este lugar no ha podido ser identificado geográficamente, sus habitantes decidieron instaurar un sistema religioso por sí mismos, y comenzaron a construir un templo en forma de torre. Génesis 11:4 pone en boca de los constructores estas palabras: "Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo... ". En realidad, trataban de erigirse como dioses, y los cielos serían el objeto de su adoración.
La ciudad donde habitaban se llamaba Babel, y muchos estudiosos de las escrituras vinculan esta ciudad como el incipiente nacimiento de lo que fue la esplendorosa Babilonia.
La Biblia no explica las razones por la que Dios confundió sus idiomas para hacerlos desistir de la construcción de la torre y así impulsarlos a separarse en pueblos para que habitaran toda la Tierra y no solo esa región. Pero podemos inferir que, dado que el pecado y el conocimiento del mal está inmerso en toda la descendencia de Adán y Eva, ellos siguieron indagando los secretos de lo oculto, y favorecidos por el diablo y sus demonios, pudieron acceder a los poderes sobrenaturales del gobierno de las tinieblas.
La Biblia explica que, a causa de la dispersión ocurrida en Babel, las corrientes emigratorias dieron origen a las principales razas humanas que poblaron la Tierra después del diluvio. Así fue cómo una de las corrientes llegó a la región que hoy conocemos como Europa, y dieron nacimiento a la raza blanca. Otra llegó al Africa y conformaron la raza negra. Recordemos que el pigmento de la piel es una protección a la supervivencia de los habitantes de ese continente con vastas regiones de espesas selvas y otras desérticas y fuertemente soleadas, que poseen los registros de las más altas temperaturas del planeta. Y
la corriente que emigró a las regiones del medio y lejano oriente, dieron nacimiento a la raza comúnmente llamada amarilla.
A través de los estudios realizados por antropólogos, historiadores y estudiosos de religiones comparadas de distintas nacionalidades, descubrimos dos coincidencias predominantes halladas en la práctica de sus ceremonias religiosas, y que se reiteran en todas las razas y culturas de la antigüedad.
La primera de ellas es la evidencia de la práctica del ocultismo en sus rituales religiosos, y la segunda es la infaltable presencia del culto a la diosa madre. Aquí podemos vislumbrar una de las razones del porqué en el libro de Apocalipsis aparece la figura de una mujer que lleva el nombre de Misterio: Babilonia la grande, la Madre de las rameras...
En Europa se practicó la brujería desde los albores de la civilización.
Los druidas britanos, los antiguos galos y los frigios, practicaban el esoterismo, y hacían rituales con dólmenes y menhires, y con ciertos árboles cuyos bosques consideraban sagrados. Adoraron el Sol la Luna y ciertas estrellas a las que le asignaban las características de dioses que regían los espíritus humanos.
También el cielo era el gran dios venerado devotamente como el dador o retenedor de la lluvia. Los frigios adoraban a la diosa madre Ma. Cuando los frigios llegaron desde Europa al Asia, llevaron el culto de la diosa madre, pero la rebautizaron Cibeles, la adoraron como el gran espíritu de la Tierra y como la personificación de todas las energías reproductoras de la Tierra.
Los rituales incluían celebraciones con prostitución sagrada y se les exigía a los sacerdotes de la gran madre que se castraran para servir en su templo.
Más tarde los romanos adoptaron el culto a la diosa madre Cibeles, lo que dio origen a los rituales orgiásticos que caracterizaban los carnavales romanos, que no era otra cosa que los ritos desenfrenados de los frigios que celebraban anualmente en conmemoración por la muerte y resurrección del dios Atis. Dice la leyenda que se había enamorado de Cibeles, y como prueba de amor ella lo obligó a castrarse en su honor; de ahí surge que los sacerdotes de Cibeles debían hacer lo mismo para poder entrar en el servicio.
En Egipto el culto más trascendente era rendido a la diosa Isis la gran madre de los egipcios. La mitología dice que era la hermana y fiel esposa del dios Osiris, pero como diosa era más grande que él porque habla vencido la muerte por medio del amor. La diosa Isis era el símbolo del misterioso poder creador, y de la madre que nutre la nueva vida hasta la madurez.
La veneraban con especial devoción y llenaban su imagen con cantidad de valiosas joyas. En el siglo III ocurrió el gran cisma del cristianismo y los evangélicos (llamados así por el celo en cumplir prioritariamente el mandato del Señor Jesucristo de evangelizar todo el mundo), se separaron de los católicos, debido a la participación de muchos de estos en la política gubernamental.
Fue el tiempo en que Constantino oficializó a la iglesia Católica Apostólica y Romana como la religión oficial del imperio, y procedió a confiscar todos los templos paganos y transformarlos en templos católico romanos.
Sin embargo, en muchos de ellos mantuvieron las imágenes de lsis amamantando a su divino hijo Horus, debido a que era la diosa que tenía el poder de la reproducción, y como la mayoría de los fieles eran agricultores y ganaderos, confiaban que la diosa les daría buenas crías y abundantes cosechas. Como la veneraban como madre de Dios, los dirigentes de la iglesia romana no se animaron a quitarla de los templos.
Esto continuó hasta el siglo IV, en que los católicos elevaron a la virgen María, como diosa y madre de Dios; entonces pudieron reemplazar las imágenes de lsis de los templos y colocar las imágenes de María.
En Asia, y específicamente en la India, eran los dioses Brama, Shiva y Visnú que conformaban la tríada que recibía la mayor adoración de los hindúes. Sin embargo, Shiva, que representaba al dios de la energía creadora, tenía como esposa a la diosa Kali, que era reverenciada como la diosa de la maternidad y del poder creador de la naturaleza; representaba a la energía creadora y reproductora. Sin embargo, esta diosa requería cultos con rituales sangrientos que incluían sacrificios humanos, aunque posteriormente se redujo el ritual a los sacrificios de cabras. En definitiva, Kali representa la diosa madre de los hindúes.

El conocimiento del más alla y el poder sobrenatural son los principales elementos del ocultismo

La mayoría de las personas que se involucran en el ocultismo, lo hacen buscando descubrir el destino eterno y el conocimiento del más allá. Hay una curiosidad natural en todo ser humano de encontrar el significado y propósito de la vida, y así muchas personas en su inocencia son atrapadas espiritualmente y seducidas por la fascinación del ocultismo. Todas las formas de ocultismo pretenden ser las depositarias de los ocultos secretos de la eternidad.
Las Escrituras advierten cuando dicen que todas "las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios" (Deuteronomio 29:29). La revelación de lo oculto despierta la codicia de alcanzar poder sobrenatural para domma: y controlar todas las cosas. Este fue el impulso egoísta que se desperto en Eva para anhelar "ser como Dios" (Génesis 3:5).
En realidad, Dios había puesto sobre Adán y Eva el potencial para conquistar y dominar toda la creación para la gloria del Señor, pero este potencial fue pervertido por el pecado. El ser humano llegó a poseer el conocimiento de lo oculto, y el poder sobrenatural que le otorgaban los demonios, y así con el conocimiento y el poder, el ocultista (brujo, chamán, iniciado, adivino, mago, etc.) buscó dominar y controlar a sus semejantes por medio del temor de lo sobrenatural, hacían ostentación de tener poder sobre los dioses del más allá. 
Todos los seres humanos podemos ejercer distintos poderes en la relación con nuestros semejantes. Puede ejercerse el poder coercitivo que es a través del temor y la fuerza. También el poder natural de la seducción humana, que se utiliza en el intercambio de valores o poderes; es un uso negociador del poder donde muchas veces interviene el engaño y la seducción maligna. Y el poder de la integridad de los más altos valores espirituales, que la Biblia lo denomina el poder de la santidad, que todo creyente debe alcanzar en sujeción y colaboración con el Espíritu Santo de Dios.
Los ocultistas, al tener el conocimiento del más allá, se sienten poderosos y comienzan a ejercer ese poder por medio del temor hacia sus fieles súbditos. Este es uno de los comportamientos característicos de las sectas religiosas, en la que la mayoría de los seguidores son sometidos a través del temor por el "iluminado" que los dirige.
Los "iluminados" creen que con el conocimiento de los secretos revelados de lo oculto pueden manipular los dioses del más allá, y hacerse poderosos a sí mismos. Esto es lo opuesto de la revelación de la verdad bíblica, que dice que el sometimiento a Dios es el camino que nos conduce a la meta de lograr ser semejantes a Cristo (Santiago 4:7-8).