
Estos grupos terroristas entran al territorio sirio desde los puntos fronterizos de Jordania, guiados por las organizaciones de Inteligencia de Arabia Saudí, los Estados Unidos y el régimen israelí.
Refiriéndose a las ayudas de los israelíes a los grupos terroristas en Siria durante los últimos incidentes en la zona, Assafir precisa que el régimen israelí logró desactivar los sistemas de telecomunicación entre el Ejército sirio y las demás fuerzas gubernamentales.
El papel de los israelíes en el conflicto sirio no influye en el proceso bélico ni en los resultados, no obstante, revela la peligrosa decisión del príncipe Bandar bin Sultán, el jefe de la Inteligencia saudí, de intervenir en Siria, incluso aprovechando la experiencia israelí en inteligencia para derrocar al Gobierno de Damasco, indica el diario.
Agrega el informe que la ayuda que ha solicitado Bandar bin Sultán al régimen de Tel Aviv para enfrentar a las tropas del Hezbolá y del Ejército sirio evidencia la coordinación sin precedentes entre este régimen y Arabia Saudí, y su objetivo es destruir Siria.
Desde mediados de marzo de 2011, Siria es escenario de una ola de violencia de parte de grupos terroristas financiados y dirigidos por algunos países occidentales y varios regionales, como Arabia Saudí, Catar y Turquía, cuyo fin es acabar con el Gobierno del presidente Bashar al-Asad.