Científicamente conocida como vasculopatía glomerular cutánea y renal (CRGV), la afección ya ha sido detectada en Gales, Escocia y partes de Inglaterra, informa The Sun.
La podredumbre de Alabama se trasmite a través del suelo a las patas de las mascotas y posteriormente daña sus vasos sanguíneos y riñones e, incluso, puede hacer que la piel del animal se pudra a medida que la enfermedad se alimenta de su carne.
Los síntomas incluyen llagas en la piel que no han sido causadas por una lesión física, parches de piel enrojecida, hinchazón y aberturas en la piel con forma de úlcera.
Pasados 2-7 días después de aparecer los primeros efectos, los animales desarrollan otros síntomas que incluyen insuficiencia renal, reducción del apetito y fatiga.
La podredumbre de Alabama no puede infectar a los humanos ni ser transmitida por estos.