El presentador y analista estadounidense Garland Nixon ha advertido este viernes en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU que cuando termine el conflicto en Ucrania, "las poderosas armas" occidentales suministradas a Kiev caerán en manos de criminales y pondrán en peligro todo el continente europeo.
"El Gobierno de EE.UU. ha inyectado más de 100.000 millones de dólares en armas y otras formas de ayuda al conflicto", afirmó el analista, agregando que "una parte significativa de esa asistencia adoptó la forma de armamento pequeño, pero potente" con "una increíble capacidad destructiva".
Según Nixon, en la actualidad esas armas ya "se abren camino" en numerosos países "a través del mercado negro", por lo que los líderes occidentales deberían reconocer que llegará el momento en que termine el conflicto en Ucrania. "Y cuando esto ocurra, las poderosas armas que habrán inundado su sociedad no desaparecerán sin más. Los elementos más violentos y criminales de Europa, y más allá, poseerán la capacidad de amenazar la estabilidad interna de cualquier nación que elijan", avisó.
El analista señaló que esos "elementos" no necesitarán "ejército ni estructura organizada" y "serán capaces de desestabilizar a todo un país con un solo acto". "¿Quién de nosotros se sentiría cómodo tomando un vuelo comercial si actores criminales o terroristas derribaran un avión civil en París, Londres o Bruselas?", preguntó.
En este contexto, el presentador instó a "presionar por una resolución pacífica de este conflicto" y realizar "un proyecto expansivo para localizar y recoger las armas brutales, que seguramente amenazarán las vidas y el sustento de los ciudadanos trabajadores del continente europeo y más allá".
Además, Nixon indicó que, "según fuentes fidedignas, el Ejército ucraniano perdió más personal en los últimos meses que el Ejército estadounidense en una década de combates" en Vietnam.
Entre otras cosas, el experto manifestó que las restricciones de la Unión Europea al uso de energía rusa pusieron en marcha "una mortal espiral económica descendente". "Los residentes de Europa se enfrentan a otro frío invierno con unos costes de calefacción inasequibles y una perspectiva muy real de colapso industrial", lamentó.
"El potencial de tal catástrofe económica ya ha buscado las semillas de una inestabilidad política y cultural", agregó.