Los manifestantes, entre ellos familiares de los rehenes, se concentraron en la plaza Habima, mostrando fotos de 136 rehenes y exigiendo al Gobierno que "los traiga a casa ya". Numerosos ciudadanos también se reunieron ante la casa de Netanyahu, en Cesarea.
Un familiar de uno de los israelíes cautivos instó al derrocamiento de un gobierno que "prioriza la guerra y la venganza sobre la vida, en nombre de ideas políticas extravagantes e ideales mesiánicos, que sacrifican a los rehenes".
Los manifestantes también piden la celebración de nuevas elecciones, gritando: "No formaremos un gobierno de racistas, no formaremos un gobierno de criminales". Por su parte, organizaciones pacifistas piden un alto el fuego inmediato y el fin de la presencia militar israelí en Cisjordania.
Según la Policía, ya han sido detenidos cinco manifestantes por alterar el orden público y a una persona por agredir a un agente. Mientras tanto, decenas de manifestantes frente a la comisaría de Glilot exigen con megáfonos la liberación de los detenidos.