La capital rusa ha quedado cubierta de nieve debido a una intensa ventisca que durará hasta el lunes. Se espera que durante la jornada caiga un tercio del volumen mensual de precipitaciones.
Los servicios públicos están trabajando en las calles de forma reforzada, pero a menudo no tienen tiempo de limpiar los caminos peatonales y las zonas cerca de las paradas de transporte público. Debido a las difíciles condiciones de tráfico, el transporte público puede sufrir retrasos, y se alerta de la posibilidad de accidentes.
En la ciudad se ha activado el nivel naranja de peligro meteorológico, el penúltimo en la escala de colores de las condiciones atmosféricas.
De acuerdo con el especialista del centro meteorológico Fobos Yevgueni Tishkovets, el nivel de nieve de este domingo batió el récord de 2004, cuando en Moscú se acumularon 30 centímetros de nieve. A partir del 4 de diciembre, la acumulación de nieve en la capital rusa aumentará de 19 a 28 cm, cuatro veces los volúmenes habituales de principios de invierno.