Jesús salió de allí y llegó a la orilla del Lago de Galilea. Luego subió a un cerro y se sentó. Mucha gente llegó a Jesús gente que estaba enferma.
Entre esa gente había cojos, ciegos, mancos, mudos y muchos otros enfermos.
Y Jesús los sanó. La gente, asombrada de ver a todos completamente sanos, comenzó a alabar al Dios de los israelitas.