La tinaja de harina no faltó, ni la vasija de aceite faltó

La tinaja de harina no faltó, 
ni la vasija de aceite faltó, 
conforme a la palabra del Señor que habló por medio de Elías 
1 Reyes 17:16
Vea la fidelidad del amor divino. Observas que esta mujer tenía necesidades diarias. Tenía que alimentar a ella y a su hijo en tiempos de hambruna; y ahora, además, el profeta Elías debía ser alimentado también. Pero aunque la necesidad era triple, el suministro de comida no desperdiciaba, porque tenía un suministro constante. Cada día visitaba el barril, pero cada día seguía igual.
Usted, querido lector, tiene necesidades diarias y, debido a que llegan con tanta frecuencia, es propenso a temer que algún día el barril de harina se vacíe y la vasija de aceite le falte. Tengan la seguridad de que, según la Palabra de Dios, este no será el caso.
Cada día, aunque traiga problemas, traerá ayuda; y aunque viváis más que los años de Matusalén , y aunque vuestras necesidades sean tantas como las arenas de la orilla del mar, la gracia y la misericordia de Dios durarán a través de todas vuestras necesidades, y nunca conoceréis una verdadera carencia. Durante tres largos años, en los días de esta viuda, los cielos nunca vieron una nube, y las estrellas nunca lloraron una lágrima santa de rocío sobre la tierra malvada: el hambre, la desolación y la muerte convirtieron la tierra en un desierto aullante, pero esta mujer nunca tuvo hambre, sino siempre gozoso en abundancia. Así será contigo.
Verás perecer la esperanza del pecador, porque confía en su fuerza nativa; veréis tambalearse la confianza del orgulloso fariseo, porque construye su esperanza sobre la arena; verás incluso tus propios planes arruinados y marchitos, pero tú mismo descubrirás que tu lugar de defensa será la munición de las rocas: "Se te dará tu pan, y tu agua será segura". Es mejor tener a Dios como guardián que al Banco de Inglaterra como posesión. Podrás gastar las riquezas de las Indias, pero las infinitas riquezas de Dios nunca las podrás agotar.