Pedro viajaba por muchos lugares, para visitar a los seguidores del Señor Jesús. En cierta ocasión, pasó a la ciudad de Lida, para visitar a los miembros de la iglesia en ese lugar.
Allí conoció a un hombre llamado Eneas, que desde hacía ocho años estaba enfermo y no podía levantarse de su cama.
Pedro le dijo: Eneas, Jesús el Mesías te ha sanado. Levántate y arregla tu cama.
Al instante, Eneas se levantó. Al ver ese milagro, todos los que vivían en Lida y en la región de Sarón creyeron en el Señor Jesús.