El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, ha declarado que Pekín aboga por un control independiente del vertido de agua de la averiada central nuclear japonesa de Fukushima.
"Me gustaría que China creara una oportunidad para monitorear de forma independiente el vertido de agua tratada al océano", dijo el canciller durante una reunión con el líder del partido Komeito japonés, Natsuo Yamaguchi, que actualmente se encuentra en una visita en China, informa el medio nipón 47 News.
Además, Wang Yi señaló que este año se cumple el 45.º aniversario del Tratado de Paz y Amistad entre Japón y China, por lo que destacó que "este es un momento importante para avanzar sobre la base del pasado".
El 22 de noviembre, Natsuo Yamaguchi se reunió con Cai Qi, el secretario del Partido Comunista en la ciudad de Pekín, y pidió el levantamiento de las restricciones a la importación de productos marinos japoneses impuestas por el gigante asiático en respuesta a la decisión de Tokio de liberar al océano las aguas residuales de la planta nuclear de Fukushima. Yamaguchi también entregó una carta del primer ministro japonés, Fumio Kishida, dirigida al presidente chino, Xi Jinping.
Mientras que en septiembre, altos mandos militares chinos aplazaron una visita a Japón en medio de tensiones en las relaciones bilaterales tras la feroz oposición de China a la liberación de agua de Fukushima, afectada por el terremoto y el tsunami en 2011.
Tokio comenzó a verter al océano agua radioactiva de la central nuclear de Fukushima en agosto de 2023. Aunque el Gobierno japonés asegura que el agua residual ha sido purificada y no es peligrosa, se ha demostrado que aún contiene tritio.
La decisión de Japón ha provocado una fuerte oposición de los países vecinos.
Pekín prohibió las importaciones de productos marinos japoneses, una medida que Tokio ha criticado al afirmar que carece de base científica.