Un robo de proporciones inéditas en un cuartel con 480 militares en el interior mantiene en vilo a la Policía y al Ejército de Brasil. Y es que las armas que misteriosamente han desaparecido son nada menos que metralletas que pueden derribar aviones y perforar tanques.
El Ejército confirmó lo ocurrido el viernes, 13 de octubre, cuatro días después de que se diese cuenta del hurto durante una inspección a su arsenal de guerra.
La pregunta es cómo pudieron salir 13 metralletas de calibre .50 –de 38 a 58 kilos y 114 centímetros de longitud– y otras ocho de calibre 7,62, sin que ninguno de los militares que integran la base militar de Barueri, en el estado de Sao Paulo, se percatase.
Los militares (soldados, cabos, sargentos, tenientes, capitanes, mayores y coroneles) han estado retenidos durante una semana, con
sus celulares confiscados, mientras se realiza la investigación interna.
sus celulares confiscados, mientras se realiza la investigación interna.
El martes por la noche se liberó a 320 y todavía 160 permanecen dentro. El único contacto con el exterior es por medio de un portavoz que les hace de enlace con su allegados.
Los especialistas alertan del riesgo que supone que el arsenal termine en manos de organizaciones criminales. Guilherme Derrite, secretario de Seguridad Pública, consideró que el robo puede tener "consecuencias catastróficas".
La metralleta de calibre .50 realiza hasta 550 disparos por minuto y puede causar daños a 2,5 kilómetros de distancia. La otra, la de calibre 7,62, lanza alrededor de 700 disparos por minuto.
Bruno Langeani, responsable del área de Sistema de Justicia y Seguridad del Instituto Sou da Paz, destacó a G1 que es casi imposible entrar en la unidad militar y "sacar media tonelada de objetos voluminosos". "Necesitas de un vehículo de carga, no sirve con cualquiera", detalla.