o que un sarmiento que está entre los árboles del bosque?
Ezequiel 15:2
Estas palabras son para humillar al pueblo de Dios; se les llama vid de Dios, pero ¿qué son por naturaleza más que otros? Ellos, por la bondad de Dios, han llegado a ser fructíferos, habiendo sido plantados en buena tierra; el Señor los ha formado sobre los muros del santuario, y llevan fruto para su gloria; pero ¿qué son sin su Dios? ¿Qué son sin la influencia continua del Espíritu, que genera en ellos fecundidad?
Oh creyente, aprende a rechazar el orgullo , ya que no tienes fundamento para ello. Seas lo que seas, no tienes nada de qué enorgullecerte. Cuanto más tienes, más estás en deuda con Dios; y no debes enorgullecerte de aquello que te convierte en deudor. Considera tu origen; mira hacia atrás a lo que eras. Considera lo que hubieras sido sin la gracia divina. Mírate a ti mismo como eres ahora.
¿No te reprocha tu conciencia? ¿No se presentan ante ti tus mil peregrinaciones y te dicen que no eres digno de ser llamado su hijo? Y si Él te ha hecho algo, ¿no te enseña con ello que es la gracia la que te ha hecho diferir?
Gran creyente, habrías sido un gran pecador si Dios no te hubiera hecho diferente. Oh tú que eres valiente por la verdad, habrías sido tan valiente por el error si la gracia no te hubiera alcanzado. Por lo tanto, no seas orgulloso, aunque tengas una gran propiedad, un amplio dominio de gracia, no tuviste ni una sola cosa que llamar tuya excepto tu pecado y miseria.
¡Oh! extraño enamoramiento, que tú, que lo has pedido todo prestado, pienses en exaltarte; ¡Un pobre pensionado que depende de la generosidad de tu Salvador, uno que tiene una vida que muere sin nuevas corrientes de vida de Jesús y, sin embargo, orgulloso! ¡Maldito seas, oh tonto corazón!