Entre tanto que tenéis luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos.
Pero a pesar de que Él había hecho tantos milagros delante de ellos, no creían en Él; para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?
Por esto no podían creer; porque en otra ocasión dijo Isaías: Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; para que no vean con los ojos, ni entiendan con el corazón, y se conviertan, y yo los sane.
Estas cosas dijo Isaías cuando vio su gloria, y habló acerca de Él.
Con todo eso, aun muchos de los príncipes creyeron en Él; mas por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.
Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.