Mas Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; y el que me ve, ve al que me envió.
Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
Y si alguno oye mis palabras, y no cree, yo no le juzgo; porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo.
El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ésta le juzgará en el día postrero.
Porque yo no he hablado de mí mismo; sino que el Padre que me envió, Él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.