En el comunicado publicado este jueves, el funcionario indicó que "en los últimos 15 años se ha descrito a Gaza como una gran prisión al aire libre, con un bloqueo aéreo, marítimo y terrestre que asfixia a 2,2 millones de personas en 365 kilómetros cuadrados".
"Hoy, esta prisión se está convirtiendo en el cementerio de una población atrapada entre la guerra, el asedio y las privaciones", señaló Lazzarini.
Además, el jefe del organismo hizo hincapié en la situación humanitaria en el enclave palestino. Desde la semana pasada, decenas de convoyes encargados con alimentos, agua y medicamentos han atravesado el paso fronterizo de Rafa, situado entre Gaza y Egipto.
No obstante, aunque el comisionado elogió el envío de suministros, comentó que esa cantidad de ayuda humanitaria es "una gota en el océano" y aseveró que la entrega de combustible aún no está permitida, lo que priva de energía a los hospitales y los productores de comida.
En su última rueda de prensa de este viernes, Lazzarini declaró: "Muchos de nosotros vimos en estos camiones un rayo de esperanza. Sin embargo, esto se está convirtiendo en una distracción. Esos pocos camiones no son más que migajas, que no harán la diferencia para 2 millones de personas en las calles".
Asimismo, agregó que la entrada de estos convoyes no significa que se haya levantado el asedio a la ayuda e hizo un llamamiento para que las partes en conflicto cesen las hostilidades en el momento del traslado, con el objetivo de aumentar el apoyo a los gazatíes. "Gaza está siendo estrangulada. La población de Gaza se siente rechazada, alienada y abandonada", afirmó el funcionario.
De acuerdo con los datos del Ministerio de Salud del enclave palestino, al menos 7.326 personas perdieron la vida, entre ellos 3.038 niños, desde el 7 de octubre, cuando se inició la última escalada entre Palestina e Israel.