El primer ministro de la India, Narendra Modi, en el acto de inauguración de la cumbre del Grupo de los Veinte ha pronunciado este sábado un discurso detrás una etiqueta que llevaba la inscripción “Bharat” y no India, acentuando el debate que comenzó a principios de semana después de que la invitación oficial a la cena de gala del G20 enviada a los líderes extranjeros llevara la misma denominación.
Ante este cambio de nombre, cuyo proceso de oficialización podría iniciarse con una sesión parlamentaria prevista para el 18 de este mes, han surgido voces de aceptación y rechazo. Según la Constitución, se puede utilizar Bharat o India.
Por un lado, muchos creen que sustituir India por Bharat es imponer lo hindú por delante de un nombre más inclusivo como India. Además, las fuerzas de oposición, en particular del Congreso y del partido Aam Aadmi, acusan al Gobierno de tratar de “distorsionar la historia” por temor a la nueva coalición formada por la oposición y que se llama, precisamente, India (acrónimo de Alianza Nacional India para el Desarrollo Inclusivo).
“Espero que el gobierno no sea tan estúpido como para prescindir completamente de ‘India’”, comentó Shashi Tharoor, responsable del Partido del Congreso (oposición), en la plataforma X (ex-Twitter).
“Deberíamos seguir empleando las dos palabras” y no renunciar a “un nombre cargado de historia, reconocido en todo el mundo”, agregó.
Por el otro, los miembros del partido oficialista BJP (nacionalista hindú), han hecho campaña contra el uso de la denominación India, originaria de la antigüedad occidental e impuesta por el Reino Unido. De hecho, desde que Modi tomó en 2014 las riendas del poder, ha tratado intensamente de borrar las huellas coloniales, pero sus medidas han sido cuestionadas por mostrar preferencia hacia la religión y tradición hindú.
En este contexto, se han rebautizado calles e incluso ciudades enteras, al tiempo que se han suprimido los nombres islámicos de lugares, impuestos bajo el imperio mogol, que precedió a la colonización británica. Esta última medida fue criticada por parte de la población, que denunció un deseo de asentar la supremacía de la religión hindú, mayoritaria en el país
A lo largo de los años, los musulmanes de La India, que representan el 14 % de la población total, a menudo han sido objeto de discriminación y ataques.