Washington ha implementado nuevas restricciones a las exportaciones de algunos semiconductores de las empresas tecnológicas estadounidenses Nvidia y AMD (Advanced Micro Devices) a otras regiones, después de prohibir el año pasado los envíos de estas piezas de alta tecnología a China. La lista incluye a algunos países de Oriente Medio, sin quedar claro de cuáles se trata precisamente, informa Reuters.
"Durante el segundo trimestre del año fiscal 2024, el Gobierno de EE.UU. nos informó de un requisito de licencia adicional para un subconjunto de productos A100 y H100 destinados a ciertos clientes y otras regiones, incluidos algunos países de Oriente Medio", dijo Nvidia en una presentación del 28 de agosto.
La compañía declaró que las sanciones impuestas sobre sus chips de inteligencia artificial diseñados para acelerar las tareas de aprendizaje automático, no tendrían un "impacto material inmediato" en sus ingresos.
Para AMD, la medida tampoco afectará a sus ganancias, dijo a Reuters una persona familiarizada con el asunto.
El año pasado, Nvidia dijo que funcionarios estadounidenses les informaron de que la norma abordará el riesgo de que los productos puedan tener un "uso final militar", o ser desviados a un "usuario final militar" en China.
Tales sanciones se produjeron en un momento de tensión en torno a Taiwán, donde se fabrican los chips de casi todas las grandes empresas del sector.
Desde entonces, Nvidia, AMD e Intel han revelado planes para crear chips de inteligencia artificial menos potentes que puedan exportarse al mercado chino.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Comercio de EE.UU. afirmó este jueves que las autoridades estadounidenses "no han bloqueado las ventas de chips a Oriente Medio". Sin embargo, la entidad se negó a comentar si había impuesto nuevos requisitos a empresas nacionales concretas.
Esas restricciones comerciales contra China encaminadas a frenar sus avances tecnológicos y militares fueron tachadas por el ex primer ministro de Suecia Carl Bildt de una "escalada dramática de la guerra tecnológica", que iba a tener "consecuencias económicas y políticas igualmente dramáticas".
"La nueva guerra de los chips elimina cualquier duda restante de que somos testigos de un mayor desacoplamiento chino-estadounidense", dijo el político el mismo mes en que se dieron a conocer las primeras restricciones.