Un grupo internacional de científicos encontró evidencias de que pequeñas algas fotosintéticas, denominadas como fitoplancton, pueden crecer y prosperar debajo de las superficies congeladas de los témpanos flotantes del océano Austral (Antártico), lo que indica la existencia de organismos vivientes complejos en entornos gélidos, informó este jueves el Frontiers Science News.
Según los responsables del estudio, publicado en la revista Frontiers in Marine Science, antes se pensaba que los densos hielos marinos impedían que la luz pasara más allá de sus capas inferiores, por lo que no había las condiciones necesarias para que el fitoplancton surgiera. Esto se debe a que la luz solar es su principal fuente de energía, por lo que, al haber una menor incidencia de esta, no es posible que estos organismos acuáticos se reproduzcan.
Anteriormente, se había observado que estas floraciones de algas se desarrollaban tan pronto como el hielo comenzaba a derretirse, ya que esta acción propiciaba que hubiera más luz y más agua dulce rica en hierro. Sin embargo, en esta nueva investigación, se registró una cantidad considerable de fitoplancton mucho antes de que el témpano se descongelara.
Para determinar el aumento de la población de algas fotosintéticas, los investigadores emplearon flotadores acuáticos, que son instrumentos capaces de tomar muestras biogeoquímicas de manera independiente. En este caso, se midió los niveles de pigmento de clorofila-a, así como de la retrodispersión de las partículas de luz, que son indicadores de la presencia de fitoplancton debajo del hielo marino.
Tras utilizar los datos de 51 flotadores, que tomaron muestras durante 2.197 inmersiones entre 2014 y 2021, se logró recopilar alrededor de 79 secuencias de mediciones. De acuerdo con el científico de la Universidad de Brown Christopher Horvat los flotadores obtuvieron muestras de una pequeña parte de la extensa superficie del bloque de hielo marino, por lo que podría haber en sus profundidades aún más floraciones de fitoplancton ocultas.
Posteriormente, se recolectaron imágenes providentes del satélite ICESat-2, que pertenece al sistema de observación terrestre de la NASA. En palabras de Horvat, esto se realizó con el propósito de "comprender la cantidad de hielo alrededor de la Antártida". Asimismo, explicó que, con la información de los flotadores combinados con los datos satelitales y los resultados de "un conjunto de modelos climáticos globales", calcularon "cuánta luz llegaba a la parte superior del océano".
"Descubrimos que el 50 % o más de la Antártida que hay bajo el hielo podría albergar floraciones porque el hielo marino en el Océano Austral está compuesto por témpanos discretos", precisó Hovart, quien añadió que las "pequeñas áreas de aguas abiertas permiten [el paso de] la luz y, por lo tanto, la [generación de] vida fotosintética".
Al momento de llevar a cabo las cuantificaciones debajo del hielo marino con una cobertura completa y casi completa de agua de mar, los especialistas comentaron que el 88 % de las secuencias medidas registraron un incremento del fitoplancton antes de que la masa gélida comenzara a derretirse.
No obstante, aclararon que podría existir una imprecisión sobre los datos, dado al retraso ocasional entre el muestreo y el registro de posición, puesto que algunas mediciones se tomaron "en regiones con poca capa de hielo marino", lo que significaría que "parte del fitoplancton proviene de procesos que ocurren fuera de la zona de hielo marino, aunque" esto podría ser "poco probable" dada gran cantidad de mediciones de" grandes poblaciones de floraciones obtenidas.