La Organización de Países Exportadores de Petróleo Plus (OPEP+) rechazó el intento del Grupo de los Siete (G7) de imponer topes al precio del petróleo ruso, declaró el ministro de Finanzas de Rusia, Antón Siluánov.
Moscú ha dejado en claro que "no suministrará" crudo bajo las condiciones del G7 (Reino Unido, EE.UU., Alemania, Francia, Italia, Canadá y Japón), en las que el "comprador" pretende "dictar" sus cláusulas por encima del principio de mercado sobre la formación de precios, dijo el ministro en entrevista a RBC.
"Naturalmente, los países de la OPEP consideraron imposible ese enfoque y decidieron reducir el volumen de producción, demostrando que la regulación del mercado depende del fabricante", agregó.
Siluánov aclaró que los consumidores sí pueden imponer restricciones, pero si en dichas condiciones hay escasez, sus medidas "tendrán el efecto contrario" al esperado, por ejemplo, el aumento de los precios del petróleo. "Por lo tanto, en la actualidad impera una situación complicada en cuanto a los intereses de los compradores y vendedores", reconoció.
A principios de septiembre, el G7 acordó establecer un tope al precio del petróleo ruso. De momento, no ha trascendido una cifra concreta, aunque se especula que podría ser de entre 40 y 60 dólares por barril.
Posteriormente, la OPEP+ aprobó recortar la producción de crudo en 2 millones de barriles diarios, pese a la presión de EE.UU. Por su parte, Rusia ha advertido que no suministrará petróleo ni productos relacionados a las empresas o países que adhieran a la medida del G7, a cuya propuesta tachó de "absurdo total" puesto que se pretende "interferir en los mecanismos del mercado de una industria tan importante como la petrolera", que "es crucial desde el punto de vista de la seguridad energética mundial".