Las organizaciones establecidas para evitar la guerra se están enfocando en el adoctrinamiento ideológico

Después de las recientes críticas de los conservadores sociales de que Hungría se equivocó de postura en los debates sobre el aborto en las Naciones Unidas, Katalin Novák, presidenta de Hungría, en su discurso ante el Asamblea General la semana pasada, criticó a los países occidentales y al sistema de las Naciones Unidas por promover el "adoctrinamiento ideológico".  
 “Hoy, en un momento de guerra, crisis energética y alimentaria, las organizaciones establecidas para evitar la guerra y preservar la paz se están enfocando en el adoctrinamiento ideológico”, dijo Novák a los líderes mundiales solo una semana después de la ONU celebrara una cumbre sobre educación para promover ideología de género, incluida la promoción de la autonomía sexual de los niños y la propaganda homosexual y transgénero. 
“Esto no es lo que se necesita hoy. En cambio, debemos recuperar nuestra capacidad de distinguir entre lo esencial y lo irrelevante, lo importante y lo no importante, la realidad y la ficción”, insistió la presidenta de Hungría. 
El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, criticó el uso de mecanismos internacionales para promover “ideologías divisorias” y llamó a los países a cooperar en temas en los que hay acuerdo. 
Giammattei insistió en que todos los gobiernos y mecanismos internacionales deben respetar la soberanía y no deben interferir en los asuntos internos de los estados soberanos. Pidió a los países que protejan los derechos humanos, incluido el derecho a la vida “desde la concepción hasta la muerte natural”. 
También el representante de la Santa Sede denunció la promoción de ideologías contrarias a la tradición cristiana so pretexto de una inventada modernidad, lo que el Papa Francisco viene denominando una forma de “colonización ideológica” por parte de los países occidentales con mayor crisis moral. Llamó a la protección de la familia y se manifestó en contra de “reinventar los derechos humanos”.
Aunque la mayoría de los países rehuyeron las guerras culturales en sus declaraciones, varios líderes mundiales insistieron en la promoción de la “salud y los derechos sexuales y reproductivos” y la ideología de género. 
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que "la igualdad de género está empeorando y la vida de las mujeres está empeorando", incluso en las "opciones en torno a la salud sexual y reproductiva", en un ataque velado contra la revocación de Roe v. Wade por parte de la Corte Suprema de EE. UU. 
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se hizo eco de Guterres en el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Denunció “amenazas globales a la libertad sexual y reproductiva de las mujeres” y “recaídas en ciertas democracias avanzadas”. 
La ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, también pidió específicamente el derecho al aborto. "¡Canadá siempre defenderá su derecho a elegir!" dijo, como si hablara a las mujeres del mundo. 
El primer ministro Jonas Gahr Støre de Noruega dijo que promover el derecho de las mujeres y las niñas “a decidir sobre sus propios cuerpos” era una prioridad de su país. 
El presidente de EE. UU., Joe Biden, profetizó que las guerras culturales globales las ganarán los países que promuevan los “derechos reproductivos básicos” y donde “las personas de la comunidad LGBTQ+ vivan y amen libremente”.