La tuberculosis superó al COVID-19 como la enfermedad más infecciosa en el mundo

La tuberculosis ha vuelto a posicionarse como la principal causa de muerte infecciosa en el mundo, de acuerdo con el doctor Mel Spigelman, presidente de la organización sin ánimo de lucro TB Alliance.
El científico apuntó a que la atención contra el COVID-19, desde vacunas seguras y efectivas, pruebas y tratamientos que se desarrollaron en tan sólo dos años, fue la razón principal por la cual se prestó menos atención a esta enfermedad bacteriana que generalmente ataca los pulmones.
Por primera vez en una década, las muertes anuales por tuberculosis se incrementaron en 2020, de acuerdo con datos de TB Alliance.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tuberculosis se cobra la vida de 1,5 millones de personas cada año, sobre todo en los países menos desarrollados.
"Se estima que en 2020 enfermaron de tuberculosis 9,9 millones de personas en todo el mundo: 5,5 millones de hombres, 3,3 millones de mujeres y 1,1 millones de niños", señala al OMS.
Durante la crisis sanitaria por el virus SARS-CoV-2, los hospitales de TB Alliance se enfocaron en el tratamiento del COVID-19, con lo cual se retrasó la atención y la investigación a los casos de tuberculosis y mucha gente quedó sin diagnóstico.
"Pasamos de lo que honestamente considero un progreso increíblemente lento, pero al menos un progreso, a un retroceso. Ha sido un gran retroceso", reconoció Mel Spigelman.
El especialista comentó que su mayor preocupación radica en que los avances en contra de esta enfermedad pierdan fuerza e incluso se presenten retrocesos, ya que buena parte de los presupuestos de los Gobiernos en todo el mundo en el sector salud estuvieron destinados a combatir el coronavirus.
El Reino Unido, considerado el principal país donante, no aportó ninguna financiación este año, según TB Alliance.
Para Spigelman, la falta de atención al tratamiento y erradicación de la tuberculosis es un problema de clase, ya que si esta fuera una enfermedad que ataca a los ricos y no a los pobres, en palabras del médico, la respuesta sería muy diferente.
"La financiación en los países de ingresos bajos y medianos, en los que se registra el 98% de los casos de tuberculosis notificados, es muy inferior a la necesaria. El gasto en 2020 ascendió a 5.300 millones de dólares, menos de la mitad (41%) del objetivo mundial", explica la OMS.
En este contexto, las candidatas a vacunas contra la tuberculosis han disminuido, al tiempo que no existen fondos para desarrollarlas y no se han realizado esfuerzos para poner en marcha pruebas sencillas, como las que se hicieron para el COVID-19.
De hecho, el científico considera que, con el financiamiento destinado para la lucha contra el coronavirus, la tuberculosis podría ser erradicada.