A cuatro días de la segunda vuelta para las elecciones en Brasil, el papa Francisco pidió a la patrona de este país, Nuestra Señora Aparecida, que libre al pueblo brasileño "del odio, la intolerancia y la violencia".
El pontífice realizó estas declaraciones ante unos peregrinos en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, y no mencionó explícitamente los comicios. La campaña electoral ha estado marcada por un clima especialmente violento, que ha afectado también a la Iglesia.
La Conferencia Nacional de Obispos (CNBB) divulgó recientemente una nota lamentando "la intensificación de la explotación de la fe y la religión como una forma de obtener votos en la segunda vuelta".