Moscú y Pekín defienden conjuntamente un orden mundial más justo y el desarrollo libre y soberano de los países en función de su identidad, mientras que los países occidentales se oponen, afirmó el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolái Pátrushev.
Recalcó que Pekín y Moscú abogan "por la creación de un orden mundial más justo" y saludan "el aumento en el número de los países que eligen el camino del desarrollo libre y soberano basado en su identidad y tradiciones.
El secretario subrayó también que las élites de Occidente tratan de contrarrestar este proceso, actuando en el marco de la política 'dividir para reinar' (divide et empera). En este contexto, continuó, la prioridad actual de las relaciones rusos-chinas es fortalecer sus vínculos estratégicos.
Además, declaró que la asociación estratégica entre Rusia y China está basada en la confianza mutua y por eso no se ve afectada por influencia externa. Esta tesis, concluyó Pátrushev, fue confirmada repetidamente, en particular, durante la última reunión del presidente ruso, Vladímir Putin, con el líder chino, Xi Jinping, en el ámbito de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en la ciudad uzbeka de Samarcanda.
"El rumbo al desarrollo de la asociación estratégica con China es una prioridad clara de la política exterior de Rusia, goza de un apoyo amplio de los pueblos de ambos países y se basa en la confianza mutua y, como consecuencia, no se ve afectado por la influencia externa", comunicó en sus consultas con el miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China, Yang Jiechi, confirmando las palabras del secretario.