Ucrania ha publicado este martes un paquete de recomendaciones para un proyecto de acuerdo sobre las garantías de seguridad que planea exigirle a los países occidentales. El documento fue preparado por un grupo de trabajo, encabezado por el jefe de la Oficina Presidencial ucraniana, Andréi Yermak, y el exsecretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen.
A continuación, repasamos los puntos clave de las propuestas del documento:
El acuerdo debe ser garantizado por un grupo de "socios internacionales", y supone "un conjunto de garantías de carácter no militar basadas en las sanciones", así como en el envío de armas, equipos militares y las medidas para confiscar activos rusos para indemnizar los daños causados por el actual conflicto.
Se propone sellar un documento llamado el 'Pacto de Seguridad de Kiev' y designar a EE.UU., al Reino Unido, Polonia, Canadá, Italia, Alemania, Francia, Australia, Turquía, países bálticos, así como del norte, centro y sur de Europa como garantes de seguridad de Ucrania. Corea del Sur y Japón figuran como posibles variantes, mientras que Rusia no está mencionada. Además, no se excluye la posibilidad de firmar acuerdos bilaterales con los garantes.
Dichas garantías no deberían obligar a Ucrania a limitar el número o capacidad combativa de sus tropas; deberían aplicarse para todo el territorio del país en las fronteras reconocidas por la comunidad internacional, y no podrían ser "elemento de intercambio por un determinado estatus, como la neutralidad".
El paquete reafirma el curso de Kiev para obtener la membresía en la Unión Europea y en la OTAN con miras a "reforzar significativamente la seguridad" del país a largo plazo. En particular, se subraya que la aspiración al bloque militar es una "decisión soberana".
La oficina del presidente Vladímir Zelenski espera que las naciones garantes inviertan en la industria militar y la infraestructura, compartan datos de inteligencia, así como preparen a las tropas ucranianas bajo los auspicios de la UE y la OTAN.
La autodefensa de Ucrania debería ser garantizada también con la formación de las fuerzas de reacción rápida; la ayuda de instructores internacionales, y el suministro de sistemas de defensa marítima contra misiles, entre otros complejos de armamento.
En caso de una agresión, los garantes tendrían que reunirse lo antes posible para decidir sobre la activación de un mecanismo de garantías ampliadas.
Los garantes deberían abstenerse de levantar las sanciones contra Rusia hasta el fin de las hostilidades, y que Moscú preste garantías de no agresión en el futuro y compense por completo los daños. La decisión sobre la suspensión de las restricciones debe tomarse "en estrecha coordinación" con Kiev.
Por su parte, el expresidente ruso y actual jefe adjunto del Consejo de Seguridad del país, Dmitri Medvédev, destacó que las recomendaciones son "básicamente un prólogo para una tercera guerra mundial", al tiempo que descartó que alguien le dé garantías a Kiev.
Paralelamente, advirtió que, si Occidente continúa "el bombeo desenfrenado de armas peligrosas para el régimen de Kiev", entonces "la campaña militar pasará a otro nivel tarde o temprano". "[La campaña militar] perderá límites visibles y la previsibilidad potencial para las partes del conflicto. Seguirá su propio escenario militar, con la participación de nuevos actores. Siempre ha sido así", escribió Medvédev en su cuenta de Telegram.
Desde Moscú han abogado en reiteradas ocasiones por garantías de seguridad que incluyan no solo a Ucrania, sino a todos los países europeos y Rusia para que nadie pueda reforzar su seguridad a expensas de otros. Además, Rusia indicó que las garantías para Ucrania no pueden aplicarse a la península de Crimea, considerada por Moscú como territorio propio, y las regiones reconocidas como la República de Donetsk y Lugansk.