Si el Leviatán es sólo uno, si es un único ser personal, por qué en el salmo 74, 14 se dice: Tu despedazaste las cabezas de Leviatán. De manera semejante a como el Sumo Pontífice es la cabeza visible de la Iglesia. Y así como cada Papa es una persona, y cada uno a su vez es cabeza de la Iglesia. De un modo parecido también, hay personajes a lo largo de la historia que son como cabezas visibles y manifiestas de la iniquidad y poder de Satán. Sin dificultad podemos ir rastreando la historia y encontrando esas cabezas: Antíoco Epifanes, Nerón, Diocleciano, Napoleón, Hitler, Stalin, Pol-Pot. Pero si en cada momento la Iglesia tiene una sola cabeza, el mal, la iniquidad, pueden tener varias cabezas simultáneas. La Iglesia forma un cuerpo místico, el mal no. El bien es orden, unidad. El mal es desorden, dispersión.