El término Satán aparece 18 veces en el Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento, Satán aparece 35 veces y Diablo 36 veces. El término demonio aparece 21 veces en el Nuevo. Mientras que en el Antiguo Testamento los terminos equivalentes a demonio (seirim, Lilith, etc) muchas veces menos. El Nuevo Testamento es mucho menos extenso y sin embargo aparecen más veces los demonios. ¿Por qué?
Pienso que eso se debe a que Dios no quiso infundir miedo en el Pueblo Elegido. Tampoco quiso dar ocasión a que se implantara la falsa creencia de un dualismo en igualdad de condiciones: un dios del bien y un dios del mal. El paralelismo al que se hubiera prestado ese dualismo hubiera sido fácil: un Dios del bien con sus ángeles y un dios del mal también con sus ángeles. Por eso Dios no sólo silencia bastante la figura de los demonios, sino que va incluso más allá. No solo la figura central será Dios, sino que el mundo angélico aparecerá en contadas ocasiones, para no dar pábulo a idolatrías. Sin embargo, en el Nuevo Testamento, la Revelación puede ser ya completada y se muestra de un modo más profundo la existencia de este mundo espiritual.