Italianos se enfrentan a la pobreza energética

Alrededor de nueve millones de personas en Italia están en riesgo de pobreza energética debido al aumento de las facturas en toda la UE, según un informe de la Oficina de Estudios de la Asociación de Artesanos y Pequeños Comerciantes (CGIA) sobre los últimos datos disponibles del Informe OIPE 2021, citado por medios locales.
El informe, que fue elaborado antes del estallido de la actual crisis energética, considera que los hogares que se encuentran en esta situación son aquellos que no pueden utilizar regularmente el sistema de calefacción en invierno o usar aire acondicionado en verano debido a las precarias condiciones económicas y se ven obligados a dejar de usar electrodomésticos de alto consumo energético o limitar severamente su uso.
De acuerdo con los reportes, las regiones del sur del país son las más afectadas, con una tasa de entre el 24 y el 36 % de familias que viven en estas condiciones. En Campania, entre 519.000 y 779.000 hogares utilizan electricidad o gas de forma irregular. En Sicilia la cifra oscila entre 481.000 y 722.000, y en Calabria hay un rango de entre 191.000 y 287.000 hogares que se encuentran bajo "vulnerabilidad" energética.
Mientras, en las regiones del norte la situación mejora con un rango de "vulnerabilidad" medio-bajo, con una tasa de entre el 10 y el 14 % de familias involucradas.
Los números advierten que, para el próximo otoño, el aumento exponencial del precio de las facturas de servicios públicos podría empeorar considerablemente la situación económica de muchas familias, especialmente de las formadas por trabajadores autónomos.
Por su parte, el ministro de Transición Ecológica del país, Roberto Cingolani, anunció un plan de ahorro energético con "medidas de reducción mínima de las temperaturas de calefacción, el uso de combustibles alternativos por períodos limitados y el uso optimizado de la energía" a partir de octubre, informa la prensa italiana.
Asimismo, la liga de fútbol de la Serie A de Italia anunció planes para poner un límite de cuatro horas en el uso de focos en los estadios los días de partido, como parte de las medidas de ahorro de energía. Se espera que la nueva regla reduzca el consumo de electricidad de los reflectores en aproximadamente un 25 %.