Crecen las discrepancias entre los líderes en Europa y algunos altos cargos que alertan sobre las consecuencias de la crisis en el continente, especialmente en vista de la alta inflación en la eurozona y las dificultades energéticas ante el recorte de los suministros gasísticos rusos que Moscú vincula con problemas técnicos agudizados por las sanciones en su contra.
El jefe del estado alemán de Baviera, Markus Söder, advirtió en una entrevista con el tabloide Bild, publicada este sábado, sobre la posible caída del nivel de vida de algunos sectores de la población y una ola de dificultades económicas en la clase media.
El político apuntó que "ninguno de los viajes" del canciller Olaf Scholz y el ministro de Economía, Robert Habeck, efectuados para buscar alternativas al gas ruso, "no ha conducido hasta ahora a la celebración de un contrato de gas". Asimismo, enfatizó que todavía sigue sin solución "la necesaria ampliación" de la vida útil de las centrales nucleares restantes.
"Y como todavía no hay un paquete de ayuda eficaz, capas enteras de la población se ven amenazadas por el declive y una ola de quiebras de pequeñas y medianas empresas", recalcó.
Comentando las declaraciones de Scholz de que Alemania está bien preparada para el invierno, el jefe de Baviera apuntó: "No sé en qué se basa esta esperanza. En cualquier caso, los ciudadanos apenas confían en los 'semáforos' [así se denomina la coalición gobernante de los socialdemócratas, los verdes y los liberales]". "Falta gas y energía. Si el nivel de almacenamiento de gas, especialmente en el sur, no se incrementa significativamente, no durará todo el invierno", estimó.
Por su parte, el primer ministro del estado de Sajonia, Michael Kretschmer, admitió en una entrevista para el diario Die Welt la necesidad de adquirir el gas ruso, al tiempo que advirtió que el país no podrá librarse de esa dependencia hasta dentro de una década. "Ya vemos que, con estas subidas de precios, la base económica de nuestra producción se derrumba. En [el estado de] Sajonia-Anhalt, las primeras fábricas que producían nitrógeno están paradas", apuntó, al agregar ese problema se podrá ver muy pronto en todos los demás sectores de la economía.
La semana pasada, el excanciller alemán Gerhard Schroder, volvió a afirmar en declaraciones al diario español ABC que "la solución más sencilla" para superar la crisis energética sería poner en marcha el gasoducto Nord Stream 2, cuya certificación fue detenida en febrero pasado.
"Está terminado y listo para entrar en servicio. Si al final las cosas acaban poniéndose realmente difíciles, tenemos ese gasoducto ahí, recordémoslo, y con los dos Nord Stream en activo ni la industria ni los hogares alemanes tendrían problemas de suministro", subrayó.
Asimismo, señaló que si no hay voluntad para usar dicha ruta gasística, "habrá que atenerse a las consecuencias", que "serán enormes" para la nación. Sin embargo, descartó la posibilidad de revueltas populares. "¡Qué tontería! Los alemanes no son así".
Mientras, el líder del partido italiano Liga, Matteo Salvini, acentuó este sábado que la UE también está detrás de la subida de los precios al consumidor. "Europa es corresponsable de estas subidas con las políticas ideológicas verdes, con las sanciones a Rusia", indicó, agregando que esta es la razón por la que "debe ser Europa la que proteja a las familias y a las empresas".
En paralelo, puso énfasis en que las sanciones occidentales "no perjudican a Moscú", sino a "nuestras compañías y familias", por lo que "está claro que hay que replantearse algo". "Estamos ante el único caso en el mundo en el que las sanciones para frenar una guerra [...], no perjudican a los sancionados, sino a los que sancionan", admitió, citado por Corriere della Sera.
Por su parte, el presidente italiano Sergio Mattarella pidió este viernes una respuesta europea "ante la vertiginosa subida de los precios de la energía".
En el Reino Unido, que el 5 de septiembre conocerá el nombre de su nuevo primer ministro, también hay preocupaciones acerca de la seguridad energética y el aumento del costo de vida ante una inflación no vista en décadas.
Así, Angela Knight, exdirectora ejecutiva de la asociación comercial Energy UK, admitió en una reciente entrevista a Bloomberg que el país ha tenido "políticas de energía erróneas durante mucho tiempo".
Según ella, el presidente ruso Vladímir Putin "está jugando muy bien la guerra económica y la guerra psicológica". "Hemos entrado en pánico como país, Europa ha entrado en pánico también, y eso no es sorprendente", afirmó.
La exdirectiva de Energy UK destacó que el planteamiento de la política energética a lo largo de los últimos 20-25 años ha generado "muchas dependencias de países externos, y no todos ellos son tan amistosos".
Pese a las dificultades y la necesidad de proporcionar ayuda a "varios grupos" de la sociedad y a la industria, Knight sostuvo que los británicos podrán "soportar este invierno".
En medio de las preocupaciones, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró este viernes que "ha llegado la hora que se ponga un límite a los precios del gas ruso suministrado por gasoductos a Europa", precisando que la medida sería planteada, probablemente, a nivel comunitario.
La alta funcionaria hizo tal propuesta la misma jornada que los países del Grupo de los Siete (G7) acordaron introducir límites a los precios del petróleo ruso.
Por su parte, el titular de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, señaló que la introducción de un tope al combustible azul ruso figura entre las posibles soluciones para bajar su precio. Sin embargo, admitió que el proceso para aplicar tal iniciativa sería "complicado".
El comisario para la Economía del bloque comunitario, Paolo Gentiloni, sostuvo ante la agencia ANSA que la propuesta de von der Leyen "puede tener por fin un espacio para avanzar, y sería realmente un punto de inflexión importante".
Por otra parte, señaló que Bruselas espera que Moscú "respete los contratos vigentes" de suministros. Sin embargo, la UE está "dispuesta a reaccionar" si Rusia continúa "usando la energía como arma".
En opinión del director ejecutivo de la empresa energética italiana Enel, Francesco Starace, las limitaciones deberían imponerse "no tanto al precio del gas sino a la volatilidad del índice TTF [mercado neerlandés]". "Este índice ha empezado a considerarse de riesgo geopolítico y no tienen nada que ver con el precio del gas", afirmó este sábado Starace en el foro económico Ambrosetti, citado por Il Sole 24 ole.
A su vez, el jefe adjunto del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, reaccionó a la declaración de von der Leyen afirmando que ocurrirá "igual que con el crudo", es decir, "simplemente no habrá gas ruso en Europa".