Lo encadenó [al Diablo] para mil años [...], para que no engañe más a las naciones hasta que se cumplan mil años; después de eso, tiene que quedar suelto un poco de tiempo. Ap 20, 2-3
¿Pueden ser esos mil años símbolo de la eternidad de la condena del Diablo? No, pues el texto que sigue dice que después de ese encadenamiento será dejado suelto por un poco de tiempo.
En mi opinión, ese periodo de mil años son un símbolo del tiempo que transcurre entre el final de las persecuciones que sufrió la Iglesia en su comienzo hasta las persecuciones del fin de los tiempos. Esto es, desde el final de las persecuciones romanas hasta las que comenzarán tras la Gran Apostasía. Como es evidente la Iglesia ha sufrido muchas persecuciones desde el término de las persecuciones del Imperio, pero tanto las del comienzo como las postreras (las descritas en el Apocalipsis) tienen una característica: su universalidad.
También se podría entender, pero de un modo secundario, es decir como símbolo accidental, que esos mil años son el tiempo de la Cristiandad. La Cristiandad es un concepto técnico de significado muy concreto y que duró desde la proclamación del cristianismo como religión oficial en tiempos de Teodosio hasta la rebelión protestante. Después de un milenio de Cristiandad, esa realidad se quebranta, los cristianos se dividen y la división de los cristianos favorece la acción del demonio.
En mi opinión, esos mil años son símbolo de lo dicho al comienzo de esta cuestión, pero este segundo sentido también se puede aplicar, pero como un símbolo secundario dentro del símbolo primario.