La Unión Europea (UE) aprobó el envío de millones de pastillas de yoduro de sodio a Ucrania, las cuales sirven para proteger a la tiroides del daño que provoca la radiación generada por algún accidente nuclear.
El Centro de Coordinación de Respuesta de Emergencia envió 5,5 millones de pastillas de yoduro de sodio, de las cuales cinco millones corresponde a las reservas del rescEU y medio millón a las reservas de Austria, de acuerdo con un comunicado de la Comisión Europea (CE).
Fue el Gobierno de Ucrania el que solicitó los fármacos a través del Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea, el pasado 26 de agosto.
La medida forma parte de las acciones preventivas de seguridad que se han tomado para proteger a la central nuclear de Zaporiya, la más grande de Europa, de los ataques perpetrados por las fuerzas armadas de Kiev en las últimas semanas.
"Ninguna planta nuclear debería ser utilizada como escenario de guerra. Es inaceptable poner en riesgo la vida de civiles. Todas las acciones militares alrededor de Zaporiyia deben parar de inmediato", afirmó la Comisionada para el Manejo de Crisis de la UE, Janez Lenarcic.
La Comisión Europea precisó que el valor económico de las pastillas de yodo destinadas al pueblo ucraniano es de 500.000 euros (unos 501.000 dólares).
"Las pastillas de yoduro de potasio se utilizarían en escenarios limitados para evitar que el yodo radiactivo inhalado o ingerido sea absorbido por la tiroides", señalaron las autoridades europeas.
Rusia acusa al Gobierno de Volodimir Zelenski de realizar ataques en Energodar, la ciudad donde se encuentra la planta nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, vigilada por el ejército ruso desde marzo.
Tras la denuncia de los ataques, el jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Raphael Grossi, anunció el envío de una misión especial para verificar el estado de la planta, la cual se espera que llegue a territorio ucraniano este 31 de agosto.
El jefe de la administración regional de Zaporiyia, Evgueni Balitski, aseguró el 29 de agosto que un posible accidente en la central nuclear de Zaporiyia como resultado de los bombardeos ucranianos podría tener consecuencias comparables a las tragedias de Chernóbil y Fukushima.