"Nuestros colegas estadounidenses, nuestros colegas británicos quieren, con el apoyo activo de los alemanes, los polacos y los representantes de los países del Báltico, realmente quieren convertir este conflicto en una verdadera guerra y enfrentar a Rusia con los países europeos, es una iniciativa anglosajona", indicó Lavrov.
Según el jefe de la diplomacia rusa, ese plan resulta muy beneficioso para el país norteamericano por su situación geográfica, ya que de la zona del conflicto lo separan "océanos y estrechos".
En opinión de Lavrov, Londres y Washington actualmente impiden que Kiev realice "cualquier paso constructivo".
"Literalmente no solo los saturan de armamento, sino además los obligan a usar armas cada vez más arriesgadas, para nadie resulta un secreto el hecho de que allí se encuentran instructores extranjeros y expertos que garantizan el funcionamiento de todos estos sistemas, Himars y otros", agregó.
Al referirse a los problemas de la UE en la esfera de la energía, que fueron provocados por las sanciones antirrusas, Lavrov indicó que eso no es un motivo de júbilo para Rusia, pero Moscú tampoco se preocupará especialmente por esa situación.
"Creo que tenemos que tomar una postura indiferente: no podemos regocijarnos por el hecho de que la gente en Europa se congele y viva mal", destacó el titular.
El presidente ruso, Vladímir Putin, anteriormente denunció que los países occidentales tratan de culpar a Rusia de la inflación energética que los afecta, pero ese fenómeno es el resultado de sus propios fallos.
Para Lavrov, otro problema que afecta hoy en día a la UE consiste en un alejamiento de los procesos de integración hacia el camino que conduce a la desintegración.
"Las demandas de Bruselas, que no siempre se basan en acuerdos legislativos, comienzan a irritar e impedir que los países construyan su propia vida interna de acuerdo con sus tradiciones, con su religión", aseguró el ministro.
Como ejemplo, Lavrov citó a Hungría, país que la UE "atormenta" por su rechazo a la propaganda de los valores no tradicionales.
Lavrov añadió que "los ucranianos no podrán negociar hasta que los estadounidenses decidan que ya han desatado suficiente escándalo".
"Nunca puede haber un ganador en una guerra nuclear, no puede desencadenarse, esa es nuestra posición", declaró el canciller.
Además, agregó que "[el presidente de Ucrania, Volodímir] Zelenski, es un artista, [educado] según el sistema Stanislavski: cambia de rol muy rápido".
El jefe de la diplomacia rusa también explicó por qué no tiene sentido que haya conversaciones entre Rusia y Ucrania en este momento.
"Al principio de la operación especial, los dirigentes ucranianos pidieron que se inicien las negociaciones. No nos negamos, abordamos el proceso con honestidad y las primeras rondas que tuvieron lugar en Bielorrusia solo revelaron la falta de deseo de la parte ucraniana de discutir algo seriamente", recordó.
"Escuchamos lo que dicen tanto Olaf Scholz como Boris Johnson y Ursula von der Leyen y muchos otros, incluyendo a Borrell, el jefe diplomático, ellos dicen que Ucrania debe ganar en el campo de batalla, que Ucrania no debe ir a las negociaciones ahora porque tiene una posición débil en el frente. Ucrania debe rectificar primero esta situación (...) y solo entonces empezar a hablar desde una posición de fuerza", señaló.
Detalló que Rusia revisó los objetivos de su operación especial militar en Ucrania que ahora se sitúan más allá del territorio de las Repúblicas Populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL).
"Ahora la geografía [de la operación militar] es diferente. No son solo la RPD y la RPL, sino también la provincia de Jersón, la provincia de Zaporiyia y varios otros territorios", destacó.
Lavrov también señaló que el potencial de las sanciones antirrusas se ha agotado, por lo que la UE se ve obligada a corregirlas.
"Ya han agotado todos los ámbitos posibles en los que estaban dispuestos a infligirnos daño y ahora se ven obligados a pensar en lo que han hecho y en cómo les afecta [esto a ellos]", dijo Lavrov.
Apuntó que por eso están modificando las medidas restrictivas adoptadas anteriormente.
Lavrov también observó que Occidente intenta arrastrar al secretario general de la ONU a sus juegos en torno al "grano ucraniano".
