Desde el inicio del operativo militar de Rusia en Ucrania, la Unión Europea ha intentado reducir su dependencia energética de Moscú, apresurándose a comprar más gas natural licuado (GNL), un producto que no requiere gasoductos porque puede transportarse en buques cisterna. La lucha del bloque comunitario por encontrar alternativas al gas natural ruso está llevando al mundo al borde de una escasez de energía en invierno, y los peores efectos se sentirán probablemente en las economías más pobres de Asia, declararon este lunes expertos a CNN Business.
Si la UE consigue disminuir su consumo de gas ruso en dos tercios para finales de este año, como está previsto, la demanda mundial de GNL superará la oferta en 26 millones de toneladas para finales de 2022, reza un reciente análisis de la consultora Rystad Energy, con sede en Noruega. "Al evitar el gas ruso, Europa ha desestabilizado todo el mercado mundial de GNL, que comenzó el año con un equilibrio precario después de un tumultuoso 2021", se indica en el informe.
Entre febrero y abril, Europa, incluido el Reino Unido, importó 28,2 millones de toneladas de GNL, lo que supone un aumento del 29 % respecto al mismo periodo del año anterior. Francia y España fueron los mayores compradores, de acuerdo con los datos de Independent Commodity Intelligence Services.
Según detalló a la CNN Kaushal Ramesh, analista principal de gas y GNL de Rystad Energy, la inminente escasez se hizo evidente el pasado mes de marzo, cuando "la UE anunció que iba a aumentar las importaciones de GNL en 50 bcm [mil millones de metros cúbicos] con respecto a 2021". "El escenario está preparado para un déficit de suministro sostenido, precios altos, volatilidad extrema, mercados alcistas y una geopolítica del GNL exacerbada", agregó.
El pasado jueves, los precios al contado del gas natural licuado en el este de Asia subieron un 114 % con respecto al mismo día del año pasado, situándose en 22 dólares por millón de unidades térmicas británicas (MMBtu), muestran los datos de la empresa consultora ICIS, recoge el medio. Al dispararse la demanda europea, los compradores podrían verse afectados por nuevas subidas de precios del GNL, que están estrechamente vinculados a los del gas natural europeo suministrado por gasoductos, señalaron los expertos. Los precios de referencia de los futuros del gas en Europa se sitúan actualmente cerca de los 30 dólares MMBtu –desde el récord de 67 dólares de marzo–, pero podrían dispararse por encima de los 100 MMBtu si Rusia cortara repentinamente sus entregas de gas por completo, como ya ha hecho con Polonia, Bulgaria y Finlandia, agregaron.
A su vez, Ruth Liao, editora de LNG Americas, indicó que, aunque Asia ha sido el mayor importador de gas natural licuado desde al menos 2010, ahora a algunos compradores de la región les resultará difícil competir con las economías más ricas de Europa y podrían quedar fuera del mercado. "El próximo invierno sigue siendo un riesgo importante en términos de cómo la oferta de GNL puede equilibrar la demanda competitiva entre Europa y Asia", dijo.
Mientras, Ramesh señaló que países como India, Pakistán y Bangladés son los más propensos a recibir el golpe cuando el GNL se desvíe a la UE. Los compradores deberían empezar a firmar acuerdos de suministro a largo plazo, declaró Eric Heymann, economista senior de Deutsche Bank. "Una mayor parte de la demanda y la oferta del GNL [...] se basa en contratos a corto plazo o flexibles o en el mercado al contado", explicó, añadiendo que "el precio decidirá a dónde va el GNL".
Desde noviembre, India y Pakistán ya han reducido sus importaciones del gas natural licuado en un 15 %, de acuerdo con datos de la empresa de análisis Vortexa, una tendencia impulsada sobre todo por el aumento de los precios. Como resultado, la demanda en Asia podría verse "permanentemente mermada", y algunos países tendrían que aumentar su uso de carbón y petróleo, predice Rystad Energy. Mientras, otros podrían acelerar su transición a las energías renovables.
Al mismo tiempo, el aumento de los precios es una ventaja para los principales exportadores de GNL, como Estados Unidos, Catar y Australia. Europa ha importado alrededor del 45 % de su GNL del país norteamericano en los últimos dos meses, mientras que Catar ha suministrado al bloque algo más de una quinta parte, según Vortexa.
"Y lo que es más controvertido, el 13,5 % del GNL europeo sigue procediendo del proyecto de GNL del Ártico de Rusia", declaró Felix Booth, de Vortexa. Una avalancha de proyectos de GNL nuevos o reactivados intentan aprovechar la urgente necesidad que tiene Europa de esta fuente de energía, incluida Alemania, que todavía obtiene el 35 % de su gas importado de Rusia. Así, la mayor economía europea ha anunciado planes para construir dos terminales de recepción del gas natural licuado y la empresa energética alemana RWE está a punto de firmar un acuerdo de suministro de 15 años con el productor estadounidense de gas natural licuado Sempra.
Sin embargo, los productores no son capaces de actuar con la suficiente rapidez para evitar una escasez mundial el próximo invierno.
"Aunque el aumento de la demanda ha estimulado la mayor avalancha de nuevos proyectos de GNL en todo el mundo en más de una década, los plazos de construcción hacen que el alivio material sea improbable solo después de 2024", concluyó Rystad Energy.